No acuso a Roy Campos, de Consulta Mitofsky, de ser un mal encuestador. Lo denuncio por servir a intereses políticos y empresariales y no aclararlo en sus reportes metodológicos. En la ciencia y en la técnica se puede ser subjetivo; de hecho, todo el mundo lo es: la objetividad es un ideal inalcanzable y a veces perjudicial en el avance del conocimiento. Lo que no se puede es ser deshonesto. Y Roy Campos lo es. Si no lo fuera, precisaría que él trabaja para una empresa, Televisa, que está al servicio de un aspirante a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, del PRI.

De hecho, sin querer queriendo, como decía un cómico que se hizo popular a través de la televisora dirigida por Emilio Azcárraga Jean, Roy Campos revela en su página de internet cuál es la fuente en la que bebe recursos financieros y mediáticos: Foro TV que es, como se sabe, el juguete de más reciente creación del señor Azcárraga (cuyo apodo en Twitter es @eazcarraga).

Casualmente Peña Nieto gasta decenas y hasta cientos de millones de pesos en Televisa al año (lo han documentado no pocos investigadores). Casualmente Televisa difunde la imagen de Peña Nieto en todos sus programas, no solo en los noticiosos (el gobernador del Estado de México y su novia, La Gaviota, gozaron del privilegio de una cobertura especial cuando visitaron, en Roma, al Papa cuyo hermano, por cierto, está metido en líos de abuso sexual a menores). Casualmente Roy Campos es un empleado de Televisa (tiene su propio programa en Foro TV y es el encuestador de cabecera del noticiero estelar del Canal de las Estrellas, el de Joaquín López-Dóriga). Casualmente Roy Campos ha probado en las pantallas de televisión que es capaz de vender sus estudios (lo hace en infomerciales de TV al promover las virtudes, imposibles de probar con estudios de opinión, de ciertos medicamentos). Y casualmente Roy Campos, el encuestador de Televisa que se vende a quien quiera comprarlo, viene a salir,amuchos meses de distancia de las presidenciales de 2012, con una encuesta en la que le da al candidato de sus patrones, el mencionado Peña Nieto, una ventaja insuperable.

Al margen de las enormes contradicciones, inconsistencias y verdaderas vilezas de la encuesta de Roy Campos (como presentar a AMLO solamente como candidato del PRD y no del PT, cuando sus seguidores saben que Andrés Manuel, desde hace tiempo, está en los perores términos con el perredismo; como decir por un lado que López Obrador es el político más popular, para afirmar por otra parte que tiene una votación bajísima; como darle al PAN la mitad del mínimo de votación que obtiene en cada elección y del que no bajará en 2012, a pesar de los errores de Felipe Calderón); al margen de todo eso, lo grave en la encuesta de Roy Campos es que no reconozca que la hizo para servir a sus jefes de Televisa que apoyan, porque les conviene, a Enrique Peña Nieto.

Sería honesto que Roy Campos hiciera encuestas para agradar a Televisa y a Peña Nieto si lo reconociera. Pero no lo hace, por lo tanto Roy Campos es deshonesto. No hay manera de creer en lo que dice este encuestador. Es decir, resulta imposible determinar analizando el trabajo de Consulta Mitofsky cuántos puntos de ventaja tienen el PRI y Peña Nieto en estos momentos, si es que los tienen. Digo, sus datos contradicen a la realidad.

El año pasado el PRI arrasó y se veía inevitable su avance imparable hacia la Presidencia. Hoy el PRI se ve en problemas en Oaxaca (podría vencerlo Gabino Cué, de Convergencia), en Puebla (el favorito es el panista Rafael Moreno Valle), en Hidalgo (la panista Xóchitl Gálvez luce más fuerte que su contrincante priista) y en Veracruz (tanto Dante Delgado, de Convergencia, como Miguel Ángel Yunes, del PAN, parecen más consistentes que el candidato del PRI, de cuyo nombre ni siquiera me acuerdo). Y para el año próximo, a pesar de los pactos firmados por representantes de Peña Nieto y el líder panista, César Nava, se ve venir una catástrofe electoral para el PRI del Estado de México.

Lo anterior significa que, independientemente de fraudes electorales que no hemos podido desterrar, hay una competencia electoral real en la República Mexicana. Así que no es serio afirmar, como hace Roy Campos, que el PAN obtendrá en 2012 la mitad de su voto duro. Acción Nacional, le guste o no a Consulta Mitofsky, seguirá siendo un partido fuerte y tendrá posibilidades de éxito en la próxima contienda presidencial. Tampoco es serio suponer que el candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, perderá a más de dos terceras partes de sus votantes.

Roy Campos realiza toda clase de trucos para llegar a esos resultados. Sería válido que lo hiciera si él aclarara que actúa así por proteger sus intereses que pasan por servir a Televisa. Pero no lo aclara, por lo tanto Roy Campos ha quedado ya en la categoría del pobre diablo que busca engañar presentándose como encuestador independiente cuando no es sino un empleados más del oligopolio mediático que quiere llevar a la Presidencia a uno de los suyos.

Lo único cierto es que en 2012 habrá una elección de tres. Y en efecto, les guste o no a Televisa y a Peña Nieto, AMLO participará. Un partido ya le entregó su candidatura, el PT. Convergencia y el PRD tendrán que hacer lo mismo o resignarse a quedar en ridículo. En las encuestas serias, Andrés Manuel López Obrador, sin partido, tiene ahora el 20 por ciento de las preferencias electorales. Insuficiente para ganar la elección presidencial, pero bastante para diseñar una estrategia que lo ubique en una situación competitiva. El exceso de calumnias y ataques no ha dañado en forma irreparable la imagen de AMLO. El segundo mejor posicionado en la izquierda, Marcelo Ebrard, está lejos de la popularidad de López Obrador.

De una vez lo digo, porque lo pienso: si los amigos izquierdistas de Andrés Manuel quieren que este compita con reales posibilidades de vencer en 2012, deberán no solo permitirle, sino aun alentarlo a que públicamente se deslinde, con gran energía, de Hugo Chávez. Sé que algunos de los mejores analistas de izquierda en México simpatizan con Chávez. Están en su derecho al hacerlo, pero creo que no entienden lo que pasa en Venezuela: en ese país un dictadorzuelo llamado Hugo y apellidado Chávez ha suprimido libertades y arruinado la economía.

Porque los ubica en cierto nivel de rebeldía, puede ser satisfactorio para algunos líderes de opinión de izquierda en México elogiar a Chávez, pero la gente común y corriente, que es más sabia que cualquier analista, sabe o intuye que lo peor que le podría pasar a México sería un sistema como el venezolano.

Entre un 5 y un 10 por ciento de los votantes que apoyaron a AMLO en 2006 no están en la actualidad dispuestos a darle su sufragio (ni al PRI ni al PAN tampoco) porque la propaganda los ha convencido de que Andrés Manuel es como Chávez. Volverán a la causa de López Obrador si este marca una distancia grande con el dictador venezolano, con el que además ni se identifica ni conoce siquiera.

Los que hemos tratado a AMLO sabemos que nada tiene que ver con Hugo Chávez. Pero Andrés no ha sido lo suficientemente firme al expresarlo. Creo que se ha abstenido de opinar sobre Chávez por respeto a sus amigos analistas de izquierda y por prudencia ante el hecho de que la burocracia del PT, partido que ahora lo apoya, vive en el error de pensar que en Venezuela empieza el paraíso socialista.

Estoy planteando un estudio, para que lo ejecuten expertos, mediante el que voy a medir el tamaño del daño que Chávez le ha hecho a López Obrador. Si encuentro el financiamiento para eso (he hablado ya con algunas instituciones académicas) creo que voy a probar que Andrés Manuel se ha equivocado al no entender que debe respetar a sus amigos analistas de izquierda en todo, menos en sus locuras extravagantes que los llevan a apoyar al dictador bolivariano solo por una vieja idea socialista, ya pasada de moda, que no han logrado superar.

En síntesis, lo que digo es que si AMLO declara que Chávez es lo que es: un dictador, llegará a las presidenciales de 2012 como favorito. No afirmo que AMLO lo vaya a hacer --mi amigo Andrés Manuel es bastante terco--, solo informo que, en mi opinión, esa es la única posibilidad que tienen López Obrador y la izquierda de llegar a la Presidencia. Las cosas como son.