Mis ojos no lo podían

creer cuando vi la nota por la mañana, y luego de ¿quién? López Doriga (un

delincuente de la tv) daba la "primicia" (como si de un cruel festejo se

tratase) de la liberación del delincuente número uno del país, Diego Fernández

de Cevallos. Famoso por haber exigido la quema de boletas de la elección del

88, quizá el primer fraude documentado o quizá resuelto si dichas boletas no se

hubieran quemado a pedido de este defensor de delincuentes. Famoso también, por

la carretera del amor, los terrenitos en punta diamante, su posición de senador

a favor del país y litigante a favor de particulares en perjuicio del país,

contraviniendo las leyes éticas mínimas de la profesión, y tantos y

tantos juicios en perjuicio de la nación.

Pero hoy, hoy dicen que lo

liberaron, después de 7 meses de cautiverio, con la barba crecida y blanca como

mudo testigo de que sí estuvo cautivo, ¿cómo carambas no?

¿Por qué lo liberaron? Eso

es no amar este país; la infamia de los delincuentes no tiene fin, tan felices

que éramos de saber que había un delincuente menos en las calles; que le

robaron al ladrón, alguien conocería foxilandia/fecalandia de verdad, el México

pujante y vigoroso con un emocionado capitán al frente del navío de gran

calado.

Y no, lo dejaron libre, después

de la fuga de 151 reos en matamoros, los 28 muertos de puebla y no sé cuantos

decapitados, asesinados, secuestrados mas en todo el país.

Pero está libre, que

suenen las campanas, ya no es necesaria la vigilia, dejen de hacer los rezos, apaguen

las velas, quiten las caras largas y hagan de lado el dolor y la pena que el país

pasaba porque el jefe diego probó las mieles del país, algunos le dicen

secuestro, pero para el caso es lo mismo.

¿Ahora qué va a hacer

este delincuente? ¿Va a buscar la manera de recuperar sus 20, 30 millones de dólares

a costa del erario? ¿Buscará justicia el hombre que vive del sistema de favores

llamado democracia?

No quiero ser pesimista,

pero este hombre vive solo da pavor y miedo porque lo suyo es chingar al prójimo

y como tal viene la guerra en busca de los culpables, inocentes o no, en medio

de la sangre, la muerte y sus horrores en el país, no faltará el ejercicio inútil

de este hombre por aportar su cuota de sangre.