Hoy es 14 de febrero. Para serles muy honesta, nunca me agradó esa fecha. Sobre todo en mi adolescencia. Me recordaba lo sola y poco atractiva que podía llegar a ser como para que alguien quisiera mandarme rosas. Sinceramente me amargaba esa festividad.

Pero uno no puede abstraerse de la celebración del 14 de febrero, también día de “San Valentín”. Se celebra en este día el recordatorio de la existencia del amor y de la amistad en nuestras vidas.

El amor a mi edad ha cobrado otro tinte y otro color. Ya no es el enamoramiento cargado de mil mariposas revoloteando. El amor lo veo en aquel que hace un acto de compasión hacia otros. El amor lo veo en aquel que te tiende una mano, en aquel que te brinda una palabra de aliento y de esperanza. El amor es un niño, el amor de un perro, el amor es la sombra cuando el sol cae implacable; es el abrigo cuando hay frío.

El amor es la comida y el agua para la sed. El techo que nos cobija , las piernas que nos funcionan para andar. El amor es la esperanza en el amor.

La amistad es un tema muy delicado personalmente hablando. Los que creía que eran mis amigos hoy ya no lo son y los que hoy están en mi vida me parece que fueron amigos de toda la vida.

Hacer algo por alguien más es también amor.

Con los dedos de la mano cuento a mis amigos. Siempre fui una muy buena amiga. Demasiado, diría yo. Me entregaba completamente y creo que por eso las heridas de la desilusión  fueron más profundas. Pero no me arrepiento de haber sido así.

Perdí a mi mejor amiga que fue mi hermana hace 7 años, por eso trato de cuidar a las amigas que me quedan actualmente.

Como buena escorpión que soy, con una sola vez que me decepcionen no tengo miramientos y ya no me detengo a intentar reconstruir esa amistad.

¿Qué tiene que ver el amor, la amistad y la fe?

Que hoy también es Miércoles de Ceniza. Me recuerda la existencia de Dios, manifestándose también en aquel que ama y aquel que es amigo.

No entraré en polémica al escribir de religión, porque sé que muchos no creen en Dios.

Pero solo pienso que sin fe es imposible amar. Por eso es que la fe hoy va de la mano con el amor... No perviven uno sin el otro.

Qué importante en un día como hoy recordar y sentir que somos amados. A veces nos sentimos un poco solos transitando por este mundo, pero sí, alguien nos ama. Quizá no de la manera que esperaríamos, o que las novelas nos cuentan. Pero alguien nos ama.

Qué importante amar a alguien. El acto del amor es el acto más complejo del mundo. Amar a otros solo por amarlos es difícil. Por lo general queremos amar a quien se lo merezca.

Hay que amar a quien no lo merezca. Ahí está la complejidad y el reto.

Y más allá aún: Amarnos a nosotros mismos es un desafío. Por lo general somos nuestros peores enemigos. Los que a diario en el espejo nos decimos cosas que nos hieren: “Qué mal te ves, “qué gordo(a) estás”. El amor propio es la obligación humana que todos deberíamos de tener para con nosotros mismos.

La fe en Dios es creer que todo podrá ser posible.

“No existe Dios”, podrás pensar al leerme. Mira a la gente que te ama, que te necesita hoy, ahí está Dios. Inevitablemente.

Y bueno hoy en este 14 de Febrero la miel empapó mis letras.

Que siempre tengan a alguien a quien amar y un amigo con el que contar

Pd 1:  Los quiero

Pd 2: Es cuanto.