Sonora Power
Si hay algo en el escenario que muestra resultados extraordinarios del gobierno de la Cuarta Transformación, tiene que ser la economía, simplemente hablar del “Súper Peso”, tiene implicaciones profundas que hacen que los defensores de la oposición echen espuma por la boca del coraje.
El hecho es que no tienen argumentos y aunque tratan y tratan, simplemente no pueden descalificar uno de los resultados más sorprendentes, no solo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sino de la historia económica de este país.
Imagine usted que cuando llega el gobierno de López Obrador teníamos dólares de 20.45 pesos, y que hoy (lunes 1 de abril) el precio del dólar cerró en 16.63 pesos, eso es un diferencial de 3 pesos con 82 centavos, una ganancia de 18.7 por ciento en los 5 años y 4 meses que lleva su administración.
Los escenarios que la oposición planteó para el gobierno de AMLO fueron desde el principio de desastre, y no era poco común que dijeran que nos asomábamos a un negro abismo de crisis, mega devaluaciones, inflación desatada y que México perdería el rumbo.
A 6 meses del final del sexenio la economía marcha sorprendentemente bien, y es la prueba de que el modelo diseñado por López Obrador funciona.
Descalificaciones sobran, que si con Enrique Peña Nieto la economía creció más, o que si con Vicente Fox tuvimos menos inflación acumulada.
Todos esos cuentos se estrellan con 2 factores, primero la presencia de un fenómeno de pandemia, que paralizó la economía durante casi 2 años y provocó un derrumbe de la riqueza y la producción nacional no visto desde la crisis de 1930 que trajo el desplome de los mercados en Estados Unidos.
El otro es que a diferencia de cualquier gobierno reciente, en especial de los de la época del neoliberalismo y los que perdieron la estabilidad, es decir de 1972 a 2018, este gobierno se enfoco en ensanchar el mercado interno.
De hecho todo ese periodo negro se distinguió por las crisis, primero la desatada por Luis Echeverría al abandonar el tipo de cambio fijo, lo que resultó en la primera de una cadena de devaluaciones, que llevaron a nuestra moneda a perder todo su valor frente al dólar y ser por casi 50 años una moneda inestable, insegura, vulnerable, a la que nadie quería apostar.
El peso mexicano era un producto basura.
En esa época las devaluaciones fueron pan de cada día e incluso en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en medio de una fiebre devaluatoria, los tecnócratas tuvieron la ocurrencia de quitarle 3 ceros al peso, así, ya no valdría cientos o miles de pesos el dólar, y así no sería tan evidente la híper inflación.
De este modo, entre 1976 y 1988 el peso pasó de una cotización de 12.50 por dólar a 2,290 por dólar y lo peor estaba por llegar.
Carlos Salinas lo devaluó hasta dejarlo en 4,441 pesos por dólar (4.44 nuevos pesos); Ernesto Zedillo a 9,400 (9.4), con Vicente Fox pasó a 11,000 pesos (11), con Felipe Calderón a 12 mil 962 (12.96) y con Peña Nieto a los 20 mil 453 ya mencionados (20.45).
Es decir cada gobierno neoliberal o populista del pasado tuvo su devaluación. Incluso con AMLO al calor de la pandemia pareció perderse la dinámica y el tipo de cambio alcanzó su máximo histórico de $25,1185 pesos (25.11 nuevos pesos) el 24 de marzo de 2020.
De entonces a la fecha ha ocurrido el milagro del “Super Peso”, que del arranque del sexenio ganó 18.7% y del peor momento de la pandemia muestra una evolución asombrosa de 33.8%.
Esto es reflejo de varios factores, como el hecho de que las reservas del Banco de México se encuentran en niveles récord de 216 mil 903 millones de dólares (corte al 22 de marzo de 2024), la entrada masiva de divisas por efecto de las transferencias de dólares los mexicanos viviendo en el exterior, el gasto enorme de los visitantes extranjeros que llegan de manera masiva a México y la captación de inversiones del exterior que llegan al país como efecto de la relocalización de operaciones.
Pero también tiene que ver el hecho de que México se consolidó como el principal socio comercial de los Estados Unidos, con un récord en exportaciones a ese país en el 2023 con 593 mil millones de dólares en ventas al exterior, y la expansión del mercado interno.
Es decir México vive un nuevo milagro económico, que tiene su máxima expresión en su moneda a partir de contar con una economía sana, que es resultado de muchos factores, pero sobre todo de la conducción de una política económica responsable y sensata.
Hoy nuestro país es considerado refugio seguro para capitales financieros, para inversiones en proyectos industriales, para desarrollo de proyectos comerciales, para visitar, y también para vivir, no debemos perder de vista que 1 millón 500 mil estadounidenses viven y gasta de manera cotidiana en México y que hoy por hoy nuestro país es el tercer destino más visitado del mundo con 42 millones de turistas extranjeros, que también gastan en servicios.
La economía Mexicana está en estos momentos en franco proceso de expansión y consolidar ese momentum pasa justamente por definir el proceso electoral de 2 de junio próximo, donde se debate un plan para continuar con el modelo de economía diseñado e implementado por López Obrador y llamado “Economía Moral” o regresar al pasado de incertidumbre, devaluaciones, ventas de garaje de los bienes de los mexicanos, entreguismos y decisiones irresponsables, que a la fecha postula el bloque opositor.
La economía en sí es una discusión sobre elegir a Claudia Sheinbaum o a Xóchitl Gálvez, esa es la encrucijada que enfrenta México.
Creo que más allá de las descalificaciones y el estado de negación en que viven los analistas de la oposición, la respuesta está clara, México debe seguir adelante y consolidarse como la economía emergente del presente y el futuro.
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