Hoy presenciamos el debate entre las candidatas a gobernar el Estado de México, Alejandra del Moral, que compite en coalición con el PAN, PRI y PRD y Delfina Gómez, representante de Morena.

Más allá de echar las campanas al vuelo y autoproclamarse “ganadoras”, ambas candidatas nos quedaron a deber a las mujeres, pues los temas que abordaron apenas soslayaron la preocupación de una política con perspectiva de género.

Entendamos que gobernar con perspectiva de género requiere sí o sí de la participación de todos los sectores de la población, es decir, desde los más desprotegidos y por ende, vulnerables, hasta los sectores con mejor poder adquisitivo y posición social. Y para entenderlo y atenderlo se debe consultar a las mujeres.

En este tenor, hablar de una política inclusiva, con perspectiva de género, requiere de un trabajo arduo para conocer las necesidades reales de cada una de las mujeres en los espacios cotidianos es decir, en su casa, empleo, en la calle, en la escuela.

Y esto va más allá del discurso.

No vive el peligro en las calles igual una jovencita de 20 años que un hombre de 40. Sabemos que corre más riesgo por ser mujer pues además de un asalto, por ejemplo, puede sufrir un ataque sexual.

En el debate el tema de la policía de género fue escurridizo o medianamente tocado por las candidatas.

Una policía de género debería estar compuesta, idóneamente, por mujeres capacitadas para atender a otra mujer en situación de riesgo y de esta forma se evita la revictimización o incluso la comisión de otro delito. ¿Cuántos casos sabemos de mujeres que tras ser detenidas (o auxiliadas, según sea el caso) son violadas, robadas o agredidas por la misma policía? Ejemplos abundan, por desgracia.

Por lo anterior, es tarea pendiente la profesionalización de los bandos policiacos, que incluye no solo capacitación permanente, también mejores salarios y condiciones de trabajo.

Del mismo modo, la impartición de justicia, que debería tener juezas y ministerios públicos con mayor sensibilidad para atender a quienes han sido víctimas de un delito.

Las participantes en el debate solo dijeron “por encimita” algunas propuestas en ese sentido, y en la prevención del delito, su discurso fue casi nulo.

De ahí nos jalamos a los demás temas.

Transporte público, educación, salud, servicios públicos.

Un gobierno participativo requiere conocer cómo se afecta a una mujer que vive el acoso o el manoseo en un camión, cómo peligra en la calle, cómo vive el bullying, etc.

A ambas candidatas les urge atender a los comités de mujeres, no solo vecinales, es urgente que las voces de las estudiantes, de las amas de casa, de las profesionistas, de las vendedoras ambulantes sean escuchadas, pues cada una vive su realidad en forma distinta y a la vez, esa realidad afecta a todas.

El tema de la cultura y la recreación son fundamentales también en cuestión de prevención del delito y solo se habló someramente de ello.

¿Alguna propuesta de becas para jovencitas que tengan un talento y por falta de recursos no pueda desarrollarlo?

Entiendo que por razones de tiempo las propuestas de las contendientes a la gubernatura del Estado de México cada uno de los temas solo fue medio abordado, pero creo que a ambas el discurso les quedó corto o fue demasiado tibio.

La violencia de género a nivel nacional está creciendo de tal forma que no concentrarse en acciones reales e inmediatas es un crimen.

Pero hablar de solucionar la violencia ya después de que ocurrió es como tapar el pozo después del niño ahogado.

Se prevé para no castigar. Y cuando se castiga, se debe actuar de manera urgente.

Este tema tan sensible nos lleva a entender a los demás e incluso nos lleva a hacer que los demás funcionen.

Lo rescatable del debate fue la civilidad, sobre todo de parte de Delfina Gómez, quien pese a los repetidos ataques de Alejandra del Moral se mantuvo ecuánime.

Del Moral, eso sí hay que reconocerle, mostró más desenvoltura, más colmillo, pues. Los años que tiene en ese andar de la política, al lado de viejos lobos de mar le han hecho aprender bien cuándo debe salirse por la tangente para atacar que responder a algún cuestionamiento.

Si a eso le llaman “ganar el debate”, pues sí, digan que ganó.

La maestra Delfina Gómez respondió con prudencia y no se inmutó. Y si la templanza que mostró puede hacerla ganadora, pues entonces también ella ganó.

Con el debate de hoy también quedó de manifiesto que a la candidata de la coalición PRI-PAN-PRD le hace “falta pueblo”. Sus respuestas, muy estudiadas, me parecieron de alguien poco cercana a las necesidades reales de los mexiquenses y más del “librito” del priismo añejo, que solo propone y poco cumple.

Y justamente lo que quiere la población es que se le cumpla.

Este primer debate fue un “cachito” de termómetro de cómo se pondrán las cosas en el más de un mes que falta para la elección en una de las entidades más pobladas y conflictivas del país.

Y también es un termómetro para saber cómo estarán las preferencias electorales para el 2024.

Seguramente los siguientes debates subirán de tono y habrá más “agarrones” entre las participantes.

Esperemos que no olviden, entre reclamo y reclamo, incluir mejores propuestas para las mujeres, que ese sector es el que requiere más atención no solo en esa entidad, en todo el país.

Y cambiando de canal...

¡Se vendió el avión presidencial!

El anuncio de la venta se dio poco antes de comenzar el debate mexiquense y lo hizo el mismo presidente López Obrador, quien en punto de las siete de la noche dijo subió a sus redes sociales un video donde dijo:

“Informo al pueblo de México que hoy se celebró el contrato de compra-venta del avión presidencial. El gobierno de Tayikistán depositó mil 658 millones 684 mil 400 pesos, de conformidad con el avalúo oficial, a la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Este dinero se invertirá en dos hospitales, en Tlapa, Guerrero y en Tuxtepec, Oaxaca, que serán construidos por los ingenieros militares e inaugurados antes de terminar nuestro mandato”.

Con la jiribilla previo al debate el anuncio alocó las redes por espacio de una hora, lo cual no demeritó de ningún modo la noticia.

Se puso fin al alboroto del polémico avión presidencial, justo hoy, previo al debate.

Un acierto más del presidente, que dará mucho de qué hablar.