Cuando estás por emitir tu voto, vienen a la memoria los pasajes históricos de la violencia en México y Tamaulipas; pero se respira hondo.. una pausa te invade y se disfruta de una prometedora normalidad que apunta y fortalece una nueva paz social.

El divorcio de los Zetas y el Cártel del Golfo, entre 2007 y 2011. Más tarde en 2014 el ajuste de cuentas del CDG, y la imposibilidad de viajar por las carreteras interestatales tamaulipecas, pareciera que se dibujan en la boleta electoral. El recuerdo es doloroso, han muerto y desaparecido tantos, que todos hemos sufrido desgarradoramente.

Entonces paras, valoras, analistas, eliges y te expresas libre y cívicamente trazando con firmeza el voto que siga construyendo un Tamaulipas de paz, un México fuerte, libre, respetuoso de las instituciones y esperanzador.

La paz “narca”, le dicen algunos; no sé, de eso sabrán mucho más Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador constitucional de Tamaulipas y Andrés Manuel López Obrador, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México, porque de la serenidad que ahora goza, disfruta y vive el estado tamaulipeco, ellos dos como respetuosos gobernantes son responsables en su debida proporción.

Claro, Egidio Torre Cantú y que decir de Enrique Peña Nieto, estos otros del PRI, fueron los que comenzaron a sembrar la nueva normalidad pacífica de Tamaulipas con las primeras reuniones del Grupo de Coordinación, integrado por SEDENA, SEMAR, la entonces Policía Federal y la denominada “Fuerza Tamaulipas”, elementos policiacos adscritos bajo estrictos exámenes de control y confianza.

Hoy Tamaulipas es otro, goza de un ambiente que quisiéramos tuviera todo México.

¡Viva la democracia!

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