México.- La capacidad de operación de la Refinería Miguel Hidalgo de Tula deberá reducirse hasta en más de un 50 por ciento de activarse las acciones recomendadas para la industria ante una eventual contingencia ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México.

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Al dar a conocer el “Nuevo programa para prevenir y responder a contingencias ambientales atmosféricas”, que entrará en vigor este 23 de mayo, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) informó de algunas acciones que deberán contemplar la población, el gobierno, los comercios y servicios, el transporte y la industria en caso de que altas concentraciones de ozono y partículas finas (PM10 y PM2.5) se registren en la Ciudad de México y el Estado de México.

El investigador Mario Molina señaló que las restricciones a la circulación vehicular a través del programa Hoy No Circula no bastan pues en la concentración de contaminantes que afectan al Valle de México también influyen otros factores como el uso de solventes.

En tanto Víctor Hugo Páramo, titular de la CAMe, explicó que el nuevo plan contempla como precursores del ozono y las partículas finas las fugas de gas LP y la refinación de combustibles. En ese sentido se contempló que en Fase 1 de contingencia por ozono y partículas la refinería no opere a más del 76 por ciento de su capacidad total. 

En el caso de que se active la Fase 2 por ozono la refinería no operará a más del 45 por ciento de su capacidad total. Para la Fase 2 por partículas, la refinería deberá reducir en más del 50 por ciento la capacidad total de sus procesos. 

Ambas fases de contingencia también afectan la operación de la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, ubicada en Tula, que deberá reducir en un 30 por ciento el consumo de combustóleo.

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