San Diego.- Un cementerio en medio del desierto del Valle Imperial en California alberga los restos de cientos de migrantes que murieron en su intento de lograr el sueño americano. Muchos de ellos sin ser identificados.  

A 30 kilómetros al norte de la frontera con México, el grupo Ángeles de la Frontera creó un homenaje para los indocumentados, donde, debajo de tabiques o flores, yacen enterrados los cuerpos de 500 migrantes.

“Aquí es donde terminan muchos de los sueños de los inmigrantes, ellos nunca esperaron morir cuando cruzaron la frontera y ahora sus familias nunca van a saber qué pasó”, dijo Enrique Morones, fundador y director del grupo Ángeles de la Frontera.

De los 500 indocumentados que ahí yacen, sólo el 15 por ciento ha sido identificado. Las tumbas improvisadas tienen como nombre John o Jane Doe, apelativo que se da a personas no identificadas en Estados Unidos.


El panteón surgió tras el Operativo Guardián, implementado en 1994 por Estados Unidos y donde se desalentaba el cruce de indocumentados mediante una barda triple con luces de alta potencia y equipo militar para visión nocturna.

Como los cuerpos no identificados son cremados y arrojados al mar por autoridades, el equipo de Ángeles de la Frontera busca que se realicen pruebas de adn a los indocumentados enterrados en el desierto.

Con información de EFE