Ciudad de México.- El clima fue de jubilo, energía y emoción para los feligreses, curiosos y ciudadanos que se apostaron a lo largo de la Avenida de los Insurgentes en la zona sur de la ciudad, sitio donde se agrupo una buena parte de las 300 mil personas convocadas este día por el Papa Francisco.

Algunos de los ciudadanos apostados en la zona, portaron mantas, carteles e incluso cobijas con la imagen del Santo Padre y los colores oficiales de la bandera de Argentina. Se podían ver lo mismo sacerdotes y mujeres con hábitos que escaparon un momento del convento para sentir la presencia del líder de la iglesia católica.

Corría un viento frío pero eso no los detuvo, salieron de sus casas y muchos de ellos esperaron por más de cinco horas, llegaron hasta el sitio con sillas o escaleras y hubo quien llevo hasta un andamio para ver desde las alturas Vicario de Cristo.

Y las porras continuaron “¡¡Se ve se siente el Papa está presente!!” mientras tanto varios intentaban convocar a una ola, pero no existió mucha respuesta.

Recuerdos y oraciones para el trabajo impresas en calendarios, todas de “dea veinte, de a veinte”, y un organillero que acudió hasta el lugar para girar con ánimo inusual la manivela, mientras su ayudante pedía una cooperación.

También hubo gestos solidarios, pues un sacerdote instaló un confesionario público y logro escuchar a varias mujeres, quienes con lagrimas en los ojos, charlaron con el párroco para encontrar confort.

El Obispo de Roma paso frente a la multitud a las 8:52 minutos, a bordo del Papamovil norteamericano que fue bendecido días antes por el Nuncio apostólico en México Cristophe Pierre,  la gente se mostró eufórica, fueron tan solo unos segundos, pero eso bastó para que regresarán a casa con una sonrisa y con la esperanza de que está visita aporte algo para mejorar al país.