México.- Sin duda, generó polémica la frase ?verdad histórica? con la que Jesús Murillo Karam se refirió a los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014, cuando los normalistas de Ayotzinapa fueron atacados. Hoy, el exprocurador General de la República, se arrepiente. 

?Nunca debí usar la expresión ?verdad histórica?. Quise decir ?historia de los hechos?, refiriéndome a la cronología de los acontecimientos. O quizá debí hablar de la ?teoría del caso?. Pero eso fue lo que dije, así me salió?, lamenta. 

Y es para algunos, el extitular de la Procuraduría General de la República (PGR) tuvo un ?resbalón? al apresurarse en señalar el basurero de Cocula como el sitio donde murieron los 43 normalistas, tras el ataque y levantón en la ciudad de Iguala, Guerrero. Otros aseguraron que había creado una historia para ocultar lo que realmente sucedió con los normalistas

En entrevista con Excélsior, Murillo Karam recordó el momento en que llegó al basurero de Cocula, Guerrero, luego de que su subalterno Tomás Zerón le informó que había encontrado ?algo?. 

Al lugar, también llegaron integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense

?Era evidente que allí había habido un gran incendio?, recuerda. 

?Quise bajar parado, pero no pude?, relata, levantando los hombros. 

A 257 días de que dejó de ser procurador y casi dos meses y medio desde que salió del gabinete, el hidalguense dice estar ?absolutamente tranquilo? con los resultados de la investigación. 

?Nunca afirmé que la investigación quedaba cerrada. Y nunca mencioné una cifra de personas asesinadas e incineradas en el basurero?, dice Murillo Karam, quien destaca que no sabemos cuántos ni quiénes fueron a los que mataron ahí y luego calcinaron. 

?Sabemos de dos, porque los resultados de las pruebas de ADN realizadas en Innsbruck nos lo han confirmado, pero las declaraciones de los presuntos autores materiales del crimen no dan nombres y son imprecisos en números?, señala. Sólo coinciden en que eran ?muchos?. 

En la entrevista, concedida a Pascal Beltrán del Río, se le cuestiona si para él se sigue hablando de desaparecidos, a lo que exprocurador dice: 

?Lo dije entonces y lo reitero ahora: mientras no haya cuerpos identificados, son desaparecidos. Y en tanto haya desaparecidos, el caso tiene que seguir abierto. Nunca dije otra cosa. Mi obligación era consignar a los presuntos responsables y para eso tenía que aportar evidencias. Eso hice y nada más.? 

Murillo Karam además asegura que fue uno de los padres de los normalistas quien guió a la PGR a Cocula, Guerrero, en busca de los estudiantes desaparecidos en Iguala. 

Y lo que hallaron los agentes federales en Cocula les llamó la atención: patrullas de la policía municipal recién pintadas. 

?El que realmente mandaba ahí era el subjefe de la Policía (Gustavo Valencia Campos), un personaje que había puesto 'El Gi'l (Gildardo López Astudillo, detenido en septiembre pasado, a quien se señala como jefe de los autores materiales de la desaparición de los 43 normalistas)?. Y la pista de las patrullas repintadas hizo que la investigación se concentrara en Cocula. 

?Esa pista era prometedora. Fuimos a fondo y pronto uno de los policías de Cocula nos dijo que, hasta donde él sabía, se habían llevado a los jóvenes a un basurero?, relata. 

Así recorrieron algunos basureros, hasta que un día me llamó Tomás (Zerón) y me dijo: ?Vente para acá, porque creo que encontré algo?. Me subí al helicóptero y sobrevolé el sitio, pero no había dónde bajar. Así que volví a Cocula y me fui por la brecha?. 

Al llegar al lugar, Murillo dice se dio cuenta de que ahí había habido un gran incendio, por lo que inmediatamente convocó al lugar a los integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuyos servicios fueron solicitados por él mismo, igual que los de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

Jesús Murillo Karam también aseguró tajante que nadie le ha ofrecido irse de embajador a Portugal. ?¿Por qué voy a comentar algo que no es??, dice. 

El exabogado de la nación asegura que no quiere la misión diplomática en Lisboa, considerada, desde años, como un sitio al que se envía a personas incómodas o amenazadas. 

?Ya lo hice saber a quienes deben saberlo. No me interesa ser embajador?, asegura. 

Al regresar a los hechos de Iguala, el hidalguense desmiente la versión de que haya discutido con alguien la expresión ?verdad histórica? antes de decirla en una conferencia de prensa el 7 de noviembre del año pasado. 

?Me equivoqué en usar esa expresión, pero es falso que alguien me haya advertido que no debía hacerlo?, externa. ?Eso nunca ocurrió?, asevera. 

Y aunque hoy es blanco de los informes de las organizaciones internacionales que él mismo convocó, Murillo dice no arrepentirse de haber solicitado apoyo en la investigación. 

?El informe del Grupo de Expertos coincide en lo sustancial con las conclusiones de la investigación que realizamos. Ellos no tienen duda, igual que no la tengo yo, de que detrás de los hechos estuvo el crimen organizado?, dijo. 

Y para quienes dudan que un cadáver pueda desintegrarse por el fuego hasta volverse materia inútil para las pruebas genéticas, Murillo aporta una historia: ocho cazadores guanajuatenses desaparecieron en Zacatecas a finales de 2010 cuando se dirigían a la sierra. Fueron detenidos, torturados y asesinados por policías municipales de El Plateado. Meses después se localizaron restos humanos calcinados. ¿Dónde? En un basurero, en Calera. Sólo los restos de uno de los desaparecidos han podido ser identificados por análisis de ADN. 

Murillo Karam se dice absolutamente tranquilo. ?Consignamos a un buen número de personas. No creo que haya alguien de buena fe que quisiera que esas personas anduvieran hoy libres?. 

Y asegura que nunca quiso dar carpetazo al caso Iguala.