La periodista Lydia Cacho reconoció en una emotiva columna que no tenía conocimiento de los malos tratos y abusos que se cometían al interior del albergue “La Gran Familia”, dirigido por Rosa Verduzco.

“Sólo conocí el lado luminoso de su proyecto cultural, que sigo creyendo es impresionante. Pero poco importa, yo nunca supe de los abusos y soy solo una periodista”, escribió en El Universal.

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Luego de la controversia que generara posturas como la de la autora de Los demonios del Edén en defensa de “Mamá Rosa” (a quien comparó con la Madre Teresa de Calcuta) contra las versiones periodísticas y fotográficas del albergue tras un amplio despliegue de seguridad, Cacho retoma voces que han documentado los últimos 20 años de la casa hogar de Zamora, Michoacán.

“Reporteras de Jalisco aseguran que desde hace veinte años saben, a ciencia cierta, que Mamá Rosa maltrataba y encerraba a cientos de niños y niñas en un ambiente carcelario. Activistas repiten que desde 1985 sabían todo, del abuso sexual, de esa suerte de secuestro. ¿Por qué pasaron más de veinte años para que supiéramos el otro lado de la historia?”

Por otro lado, señala que cambió de opinión al escuchar testimonios de víctimas de Verduzco Verduzco. “Luego de escuchar los testimonios incriminatorios de las víctimas (seis niños y dos adultos) entiendo que me equivoqué sobre La Gran Familia”.

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Cacho Ribeiro señala que lo importante ahora es la justicia penal y asegurar el bienestar de los casi 500 menores de edad que vivían en el albergue pues deben tener “una oportunidad real de vivir en un ambiente afectivo”.

“Es en la infancia en la que les ayudamos a obtener su brújula moral. Allí cuando les hacemos saber que si vida, su integridad y su bienestar importan. O por el contrario cuando se les enseña, con palabras y acciones violentas, que no merecen la felicidad, la paz y la alegría (…) La violencia ejercida contra niños y niñas les enseña que no son merecedores de amor”, puntualiza la periodista.