Ciudad de México.- La Central Campesina Cardenista (CCC) pidió al Ejecutivo "parar la siembra de maíz transgénico en el país", y propuso ocho puntos para proteger las variedades y especies de este grano y el derecho a la alimentación nutritiva y de calidad.

 

El líder de la central, Max Correa, señaló que "los agrotóxicos, de los cuales los transgénicos hacen un uso masivo, afectan la salud de los productores y reduce la productividad de la tierra".

 

También advirtió que la siembra de maíz transgénico profundizaría la dependencia alimentaria de México, pues en diversas regiones donde se ha utilizado dicha tecnología "los transgénicos hacen del productor un esclavo de semillas estériles que afectan su salud y economía".

 

En entrevista, informó que envió esa petición al presidente Enrique Peña Nieto; al secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez; y al secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud.

 

En la misiva, la CCC solicitó no sembrar maíz transgénico y propuso ocho puntos: prohibir la introducción y producción de semillas transgénicas de maíz; y promover la producción biodiversa de maíz criollo.

 

También prohibir la contaminación entre semillas transgénicas y silvestres, con penas para las empresas que ponen en riesgo el maíz criollo; y etiquetar estrictamente todo producto que contenga ingredientes transgénicos.

 

Asimismo establecer "un banco de germoplasma que resguarde la riqueza de nuestro país"; y generar un programa de atención que prevenga y atienda a los campesinos afectados por la toxicidad de productos agroquímicos.

 

Otras propuestas son controlar los monopolios u oligopolios de la producción de semillas y alimentos, e impedir la privatización del patrimonio natural nacional.

 

El secretario general de la CCC aseguró que "los transgénicos contaminan los mantos acuíferos y los suelos, afectan a la flora y la fauna que convive con el maíz".

 

No obstante, refirió que el uso de los "agrotóxicos" viola el derecho constitucional a la alimentación, el cual dice que "toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, y que el Estado lo garantizará".

 

Correa Hernández detalló que la siembra de maíz transgénico contamina por polinización a los cultivos tradicionales, lo cual es irreversible; y genera semillas que pueden reducir de manera alarmante la biodiversidad y riqueza natural de ese alimento.

 

También se ha demostrado que algunas plagas han desarrollado resistencia a los transgénicos, haciéndolas prácticamente imposibles de eliminar, insistió el dirigente agrario.