Orizaba, Veracruz.- En medio de un fuerte operativo de seguridad en los alrededores de la agencia funeraria, ubicada en la calle poniente 3, en el centro de Orizaba, el llanto y la indignación se hacen presentes.

Familiares y amigos velan los restos de la periodista Anabel Flores, quien fue secuestrada de su propio domicilio por hombres con vestimenta militar, y

En un ataúd de madera brillante, encima una foto de Anabel –misma que circula en los medios-, así como flores blancas la acompañan, dos cirios y cientos de lágrimas vertidas sobre la madera recién tallada.

lE velorio se realiza de forma austera, con la presencia de alrededor de 15 familiares, así como sus amistades más cercanas, quienes pudieron pasar a darle el último adiós a Anabel Flores Salazar.

Amigos y compañeros de la periodista pudieron ingresar a la funeraria solo con la encomienda previa de no tomar fotografías.

En el exterior de la funeraria y hasta varias cuadras a la redonda, decenas de elementos de la policía estatal mantienen un fuerte operativo, al igual que elementos de la Fuerza Civil.

Anabel Flores era reportera, pero también era madre de dos pequeños, uno de cuatro años y otro de tan solo 18 días de nacido, a quienes deja e la orfandad.

La zozobra, miedo y desesperación impera entre los periodistas de la zona centro, se sienten vulnerables por la situación de inseguridad que viven a diario, en general el estado de Veracruz, considerado ya el más peligroso para ejercer la profesión del periodismo.

Con información de Plumas Libres.