Después de 27 años de trabajo, el pintor Francisco Toledo, cedió el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

Alejado, como siempre de los funcionarios de gobierno, pero cercano a su gente, el juchiteco no pudo contener sus lágrimas, las cuales secó lejos del bullicio de quienes estaban presentes.

Hoy, el artista donó el IAGO al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en donde trabajo desde 1988 con más de 125 mil piezas culturales, musicales y literarias que han caracterizado a Oaxaca.

El artista se enfrentó a una crisis financiera para mantener el inmueble derivado del pago de 800 mil pesos que el gobierno del Estado sustrajo de las arcas del Instituto por el retraso del pago de impuestos, lo que generó también una serie de confrontaciones con Gabino Cué Monteagudo, actual gobernador de Oaxaca.