México.- En 2012 la fotografía de una niña que pedía dinero en las calles de Jalisco se convirtió en viral en México pues abrió un debate sobre las personas en situación de calle y la discriminación por el color de piel.

A tres años del fenómeno, el periodista Adam Nieto nos cuenta qué pasó luego de que la madre de la niña fue acusada de robarse a la menor bajo el prejuicio de que sus tonos de piel eran distintos. Ella era morena y la niña rubia.

Fue en octubre de 2012 cuando una persona identificada como Germán Álvarez compartió en Facebook la fotografía de la menor pidiendo dinero en un crucero de Zapopan. El texto que acompañaba la imagen sugería que la menor debía ser robada pues no compartía las características físicas del resto de la familia.

Las autoridades jaliscienses intervinieron ante la presión de las redes sociales despojando a Jiola Esmeralda Ornelas Sánchez de sus dos hijos y arrestándola bajo la amenaza de 60 años de prisión por el delito de secuestro. Lesly, apodada ?la güerita de la Canaco? y su hermano Tony fueron llevados a una casa hogar tras un forcejeo entre la policía y su madre que incluyó amago con pistola por parte de los uniformados. En el albergue, los niños estuvieron 9 meses alejados de su madre pese a que demostró con una prueba de ADN la paternidad de ambos.

La señora Jiola Ornelas trabajó en las calles desde los 7 años y antes de que se llevaran a sus hijos vivían en un hotel de la vieja central de la ciudad. Los tres vendían chicles para ganarse la vida. Cuando la foto comenzó a viralizarse una mujer le recomendó cambiarse de avenida y le advirtió que le podrían quitar a la niña. Incluso una persona le mostró la fotografía de la niña y le ofreció dinero por ella. Jiola se negó argumentando que ?su hija no es un perrito para venderla?. Esta persona la amenazó con acusarla ante la procuraduría por negarse.

Fue en marzo de 2013 cuando llegó el apoyo legal a Jiola a través de una amistad con la señora Carmen Morfín, quien llevó el caso al abogado Luis Rabinal, especialista en derecho internacional y fundador de ?Nuevos Modelos de Filantropia?.

Rabinal defiende el caso de Jiola como uno donde converge la respuesta inadecuada de la autoridad ante un rumor de redes sociales. ?Si la red social hubiera hablado de una señora morenísima, que vive en una colonia pudiente y tiene una hija güera, no creo que la autoridad le hubiera quitado a sus hijos?, señaló a El Universal.

El principal problema en este caso es que la autoridad reaccionó con abuso sin investigar su había explotación y secuestro con el objetivo de evitar las críticas. Además exhibió selectividad ya que muchos otros niños están mendigando en las calles.

?La actuación de la autoridad pudo ser adecuada, si fuera medida y no abuso; y dos, si fuera general y no solamente incidiera en un caso. ¿Qué pasa con los otros niños que están en el camellón pidiendo dinero??, subraya.

Los niños continuaron retenidos hasta que una nueva directora de la casa hogar revisó el caso y condicionó el regreso de los niños con su mamá: Jiola debía salir de la situación de calle.

Varias personas de buena voluntad trabajaron para darle a Jiola la oportunidad de recuperar a sus hijos: consiguieron quien la apoyara inicialmente con el pago de una renta en un lugar modesto, le donaron algunos muebles, ropa o despensa mientras que el abogado la empleó.

Para el 13 de julio de 2013 recuperó a sus hijos y a finales de agosto de ese año los niños tuvieron su primer día de clases.

Actualmente Lezly estudia en el instituto Pierre Faure con beca pues es la niña más aplicada de su clase con un 9.7 de promedio y aspira a ser abogada. La señora Jiola paga actualmente mil 800 pesos de renta, luz y gas; está convencida de luchar por el futuro de sus hijos pero lejos de las calles pues podría perder la custodia. Por su parte el abogado tiene la convicción de apoyar a los niños hasta que estos cumplan la mayoría de edad. ?Aunque yo no pudiera, o se me dificultara, tengo amigos, empresarios y clientes que podrán ayudar a Jiola en su capacitación?, indicó.