México.- El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, afirmó que podría servir de interlocutor entre el crimen organizado y el gobierno, si las autoridades lo solicitaran en una posible búsqueda del diálogo e intentar pacificar el clima de violencia que azota a Guerrero.

“Una de la tácticas eclesiales es el diálogo, y si acaso las partes lo solicitan yo estaría dispuesto a dialogar, para lograr que Guerrero viva más en paz”, sostuvo.

A cuestionamientos sobre que la autoridad no ha buscado dialogar con el crimen, dijo que el gobierno “conoce y sabe bien quienes son y donde están”, pero acotó “no hay voluntad mientras se sienten por el lado derecho con la ley en la mano” mas defendió que “por más malos que sean tenemos que escuchar sus razonamientos”.

El obispo afirmó que ante las amenazas a sacerdotes se vio en la necesidad de entablar diálogo con varios grupos del crimen organizado desplegados tanto al oriente como al poniente del estado, aunque por seguridad negó el sitio y los nombres con que se han autodenominado los grupos delincuenciales.

“Me vi en la necesidad de hablar con estas personas, ya que algunos sacerdotes estaban siendo amenazados por el crimen organizado, tuve que buscar y desplazarme donde se encontraban y me atendieron muy bien, tenemos que abrir el diálogo”, aseveró.

Monseñor aseveró que estos grupos delincuenciales expresan buscar el bien de la gente ante la apatía del gobierno, quien ha descuidado o no ha querido desarrollar un plan de caminos y viviendas; “fue el motivo por el cual yo me acerca a estas personas, así como para ayudar a los sacerdotes y a las religiosas, a los catequistas y los seminaristas y por medio de ciertas personas yo me estoy comunicando con ellos”, sostuvo.

Refirió que inclusive en algunos conflictos armados como Petaquillas y Tierra Colorada ha intervenido y dialogado para apaciguar y generar condiciones para los ciudadanos, donde afirmó que ha solicitado que no secuestren o asesinen.

Rangel Mendoza citó “no tanto solo me he reunido con un grupo, también me he reunido con otros, por ejemplo en la sierra me he reunido con cuatro, en la parte oriental hay otro grupo, así como con los del sur”.

El prelado lamentó que este diálogo no se ha podido dar con todos los grupos, “me falta un grupo con el que no he podido acercarme en la zona norte, ni ellos tampoco; pero con un 80 o 70 por ciento de los grupos ya hemos estado dialogando”, reconoció.

En el caso de Chilpancingo, puntualizó que no se trata de un solo grupo puesto que varios grupos se disputan el territorio, y subrayó que lo más peligrosos son “los pseudosgrupos, que le hacen al narcrotraficante y al secuestrador”.