México.- Nestora Salgado, al frente de la Policía Comunitaria, en Olinalá, Guerrero, tocó una fibra peligrosa: descubrió una red de prostitución y pornografía infantil en su comunidad.

Aunque nunca presentó las pruebas y denunciar penalmente el caso, aseguró que aún cuenta con documentos que avalan sus dichos.

En entrevista con La Jornada, la comandanta relata que el 19 de agosto de 2013 tenía una cita con el ahora exgobernador Ángel Aguirre.

Para entonces, ella ya contaba con una evidencia contundente, que además ya había compartido con la Marina, desplegada en la cabecera municipal desde la octava Región Naval, pero no se actuó en consecuencia.

Nestora dice que son dos videos grabados en los celulares que fueron confiscados a dos de las menores de edad que eran explotadas sexualmente y que sus madres habían accedido a dejar bajo la protección de la Policía Comunitaria mediante actas firmadas por los familiares de las víctimas.

“Aparecen tres niños chiquitos, dos niñas como de 9 años y otras como de 13, 14... Yo me pregunto: ¿qué hubieran hecho quienes lean esta nota, como madres, como abuelas, si vieran estas imágenes? ¿Se quedarían calladas? Yo no pude”, externó.

Dijo que el material aún lo tiene.

“Los tenemos. Los teníamos en nuestros archivos de la Casa de Justicia de El Paraíso. Cuando llegó el Ejército lo quemó todo. Pero yo guardo por ahí una copia. No, no hemos tenido oportunidad de presentar esas pruebas. Y no las he dado a la televisión por no lastimar más a las familias. Pero yo sostengo que ahí está el meollo. Creo que alguien muy bien parado, con protección del gobierno, está involucrado en ese tráfico de niños y de prostitución”, apuntó.

Blanche Petrich destaca en su nota que cuando Nestora toca el tema de las jóvenes que ella trató de rescatar del crimen organizado y que luego la demandaron, “casi rompe en llanto”.

Contó que conoció inicialmente a esas muchachas en octubre, en la primera etapa del movimiento.

Los comunitarios localizaron la casa donde un joven que tenía a unas niñas drogadas y alcoholizadas, por lo que iIrrumpieron en ese domicilio, retuvieron al joven y lo entregaron a la policía municipal, pero media hora después, la policía liberó al infractor y lo sacó del pueblo.

Las mujeres fueron trasladadas por los comunitarios al aula de un colegio de monjas, con permiso de sus mamás.

“Las muchachitas nos dijeron que sus novios, conocidos sicarios, tenían la protección del alcalde y el síndico procurador. Y que estos jóvenes, que eran sicarios, tenían una lista de personas para asesinar. Yo estaba en esa lista”, relató.

Luego, el consejo de seguridad decidió independizarse de la alcaldía.

A 10 meses de ese suceso, volvieron a saber de las jóvenes, cuando sus mamás se presentaron en las oficinas de Nestora porque no sabían nada de sus hijas.

Luego de que los comunitarios las localizaron en Tulcingo, Puebla, regresaron y sus madres las llevaron directamente a la comandancia.

Las menores confesaron que sus “novios” las llevaban a Tulcingo a ejercer la prostitución y al dar los detalles, también dieron los videos de sus celulares.

La CRAC se hizo cargo de las menores luego de que tres de las madres lo pidieran y que las enviaran al sistema de reeducación, con sede en El Paraíso.

Luego de que el Consejo Olinalteco accedió y todas las familias firmaro, dias después, la alcaldía ofreció 20 mil pesos a cada familia a cambio de que acusaran a Nestora de secuestro.