La Paz, BCS. The Yachtsetter, empresa que llamó la atención en 2015 al ofrecer una fiesta en yates por áreas naturales protegidas como Balandra o isla Espíritu Santo, realizarán un nuevo recorrido este verano sin permiso de la autoridad ambiental.

En septiembre del año pasado las cuatro embarcaciones rentadas por la compañía iniciaron la travesía por el mar de cortés y las zonas protegidas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). La otra ruta que oferta está frente a costas de Sinaloa.

Sin embargo no pidieron una autorización para realizar un rave en la playa frente al Área de Protección de Flora y Fauna de Balandra, y que forma parte de las zonas de exclusión para embarcaciones.

Además, los participantes del evento subieron al hongo de piedra, característico de Balandra, provocando la molestia de la gente de La Paz, porque representa de cierta forma es un ícono de la lucha medioambiental en Baja California Sur. Fue la primera vez que la acción se volvió viral en redes sociales.

La página de The Yachtsetter, que luego desapareció y su sitio en Internet desapareció, está activa de nuevo, al igual que sus redes sociales en las que anunciaron un party del 28 al 31 de julio, aunque no se sabe el número de yates que serán utilizados. Según Forbes, son dos empresarios quienes están detrás del evento masivo: Hernán Junco y Juan Altamirano.

El primer día será en Balandra en “una playa privada” durante la noche y, al día siguiente, zarparán a Los Islotes en isla Partida para nadar con lobos marinos y aparcarán frente a bahía Ensenada Grande y, por último, partirán a El Candelero en Parque Nacional Archipiélago Espíritu Santo para otra fiesta privada. (http://www.theyachtsetter.com/)

Balandra

“Esta empresa no tiene permiso”, explicó casi al final de la entrevista Francisco Manuel Álvarez, subdirector del Área de Protección de Flora y Fauna de Balandra.

El funcionario federal explicó que Balandra está conformada por cinco zonas núcleo en las que restringieron varias actividades, incluyendo el tráfico o anclaje de embarcaciones mayores de lujo, porque podrían dañar el ecosistema. Hay otra franja más de amortiguamiento que es usada justo para disminuir el impacto a las áreas más sensibles.

Por su importancia cultural y natural, Balandra es protegida y ocasionó en 2007 uno de los movimientos más importantes en la defensa medioambiental ante la entrada de un desarrollo inmobiliario y turístico en la región.

“Es solo para investigación, educación ambiental y uso recreativo en el día, pero no se permite pernoctar. No ruido, no hay oportunidad que hagan la fiesta, el programa de manejo no lo permite”, recalcó.

De hecho, la celebración pasada los inspectores de Conanp interpuso una denuncia ante la Profepa, pero no procedió porque el video que presentaron no demostraba de qué se trataba de una playa de Balandra.

Francisco dejó claro que las actividades The Yachtsetter no están permitidas al catalogarse como área natural protegida, un sitio reconocido en la lista Ramsar de importancia mundial y el destino de las playas se orientó a conservación ante Zona Federal Marítimo Terrestre.

Inclusive,  Conanp comenzó a la regularización de empresas que prestan servicios de renta de embarcaciones, y han logrado regularizar a 48 hasta el momento.

Por otro lado, recordó cuando asistentes a la fiesta subieron a la piedra de balandra con forma de hongo. A consecuencia, dijo, subirse se puso de moda entre los visitantes y, por tal razón, iniciaron una campaña de concientización sobre la importancia cultural de la roca moldeada por el mar.

“Ahora es una moda es bien visto por esas personas subirse y tomarse la foto, una campaña donde podamos conciencia para conservar el hongo de balandra, ya se ha caído dos veces, se ha restaurado y es costoso”, explicó.

Calificó como “actos vandálicos” el escalar el hongo que “es un objeto de conservación del área, es un ícono paceño, es emblemática del sitio, promocionado con fines turísticos desde los sesenta, una pieza fundamental para conservación del sitio: la playa de los paceños que visitas cientos de familias”.

Navegantes locales

“Has La Paz Become Boater Unfriendly?”, así tituló un artículo el sitio de información orientado a la comunidad extranjera que viaja en botes por el mundo. Algunos se quedaron en La Paz, otros solo residen una temporada y se van.

El texto que publicó Bajainsider.com habla sobre la nueva normatividad que limita, cada vez más, el anclaje en áreas de la bahía de La Paz, incluyendo Espíritu Santo y Balandra. Aunque también reconoció aspectos positivos en las nuevas disposiciones.

El 18 de julio de 21016, por ejemplo,  la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente (Profepa) incrementó aún más el área para que los dueños y empresas no anclaran dentro de las cinco zonas núcleo que conforman a Balandra.

“Una de las maravillas naturales más preciadas de la Paz se encuentra en Bahía Balandra, que es un popular lugar de anclaje de día y noche a la mañana con un gancho tolerable en las condiciones climáticas adecuadas. Pero la nueva zona de exclusión reduce el espacio disponible a la mitad de anclaje y casi elimina el anclaje seguro para embarcaciones más pequeñas. La línea de demarcación fue, obviamente, dibujado por un no marinero y totalmente innecesaria. Las zonas de anclaje legales no serían lo que consideraría "protegido" de casi todas las condiciones climáticas. Está bien si usted es un palacio de placer flotante de 135 pulgadas, pero insostenible si es una embarcación menor”, expresó la nota.

La determinación de la autoridad ambiental condujo a una cierta molestia en los navegantes que llegan cada temporada a la bahía de La Paz.

“La comunidad de navegantes ha crecido exponencialmente desde que llegué a La Paz hace más de 16 años y el número de buques de potencia y grandes yates son el segmento de crecimiento más rápido. Más reglas para eso inobservantes de la náutica son inevitables, pero esas normas necesitan ser creadas con el conocimiento de las necesidades no sólo ambientales, sino de la seguridad y accesibilidad de los marinos. Es nuestra esperanza que podamos involucrar a la comunidad de servicios marinos y otros navegantes en la modificación de las reglas bien intencionadas a la navegación responsable y mantener La Paz como la puerta de entrada del mar de Cortés.