La Paz, BCS. La ciudadanía organizada es un aliciente para “construir una visión colectiva” de La Paz, comentó la directora ejecutiva de la Sociedad de Historia Natural Niparajá, Mederith de la Garza Treviño.

A 25 años de trabajo, la asociación civil continúa con su labor de fomentar la pesca sustentable, buscar estrategias de protección de territorio natural tanto en mar como en tierra y, por supuesto, concientizar sobre el cuidado del agua en la ciudad de La Paz.

“Yo creo que La Paz tiene mucho potencial con ciudadanos que se organizan y, juntos, construir una visión colectiva. Lo que falta es ampliar esta visión hacía todos los sectores de la sociedad”, explicó la representante de Niparajá.

Por ejemplo, la organización cuenta con el Programa de Conservación de Tierras que busca promover tres modelos de comunidades organizadas en sierra la Giganta y Guadalupe; “protegemos hábitats prioritarios terrestres y costeros y promovemos el desarrollo sustentable”.

Con el Programa de Conservación Marina lograron la protección de 5,147 hectáreas de la Reserva Natural Portezuelos en el corredor Loreto-La Paz.

Fundada en 1990, Niparajá fue parte fundamental en la protección de la icónica playa Balandra junto a 20 mil habitantes del municipio que repudiaron la posible construcción de un desarrollo turístico-inmobiliario en esa zona.

Participó activamente en las campañas de cuidado del Parque Nacional Cabo Pulmo durante los reiterados intentos por entrar de desarrollos inmobiliarios.

En el Programa de Agua y Ciudad, la agrupación realizó un monitoreo a pozos de La Paz, El Carrizal y Los Planes para detectar arsénico y promover medidas de manejo; promovió la instalación de 2 mil inodoros ahorradores y lanzaron la campaña “El agua no viene de la llave, viene de las sierras. ¡Cuídalas!”; además, apoyaron en la creación del primer Observatorio Ciudadano del Agua de BCS.

Niparajá consiguió hace poco, a través del Programa de Pesca Sustentable, crear 11 zonas exclusivas de no pesca en el corredor San Cosme a Punta Coyote, y los mismo pescadores locales fueron quienes decidieron qué zonas para mejorar la producción de las especies marinas.

Por ocho años empoderaron, con el Programa de Conservación de Tierras, a las comunidades de la sierra para monitorear especies ecológicas claves como el borrego bura, cimarrón y puma.

“En La Paz hemos aprendido que con la opinión pública correcta, una mala decisión puede ayudar a generar una  buena decisión en los políticos”, expresó.