La Paz, BCS. La reciente fuga de peces cobia de un criadero en Ecuador ha encendido los focos de alerta en la comunidad científica, sobre todo de las costas del Pacifico. Países como Panamá, Perú y Colombia han registrado avistamientos de esta especie a tan sólo unos meses de su fuga, lo cual indica que la especie ha realizado ya un viaje de 1, 000 kilómetros en muy poco tiempo, según un artículo publicado hace unas semanas por BBC Mundo.

Con relación a este caso, el Dr. Carlos Sánchez Ortiz, profesor-investigador del Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras de la UABCS, señaló en entrevista que aunque este tipo de situaciones no son algo nuevo, sí es necesario darle puntual seguimiento debido a que en los últimos años las especies invasoras se han convertido en un problema ambiental y económico en todo el mundo.

En el caso de la cobia, indicó, aún no se sabe si tendrá el mismo éxito que otros organismos, pues a pesar de que las condiciones ambientales en la mayor parte de la costa del Pacífico son tropicales y pueden favorecer a esta especie, “todo depende de la capacidad de reproducción que ésta pueda tener”.

El investigador destacó que la adaptación de una especie depende de ciertos factores, entre ellos las condiciones ambientales y la disponibilidad de alimento. Si ambos factores están presentes en el ecosistema, hay mayor posibilidad para que la especie se reproduzca.

Explicó que existen espacios naturales que podrían frenar el avance de esta especie, sobre todo aquéllos que son grandes extensiones de ambientes rocosos, en los cuales la disponibilidad de alimento baja.

Sin embargo, el biólogo marino sugiere a las instituciones de gobierno, instalar un programa de monitoreo en la parte suroeste de México, particularmente en los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, esto como primera medida para permanecer alertas frente a la aparición de la cobia en nuestras costas.

La fuga de estos organismos ocurrió a finales de agosto del año pasado, en un criadero ubicado a 16 kilómetros de la costa de Ecuador, en Jaramijó, provincia de Manabí. La razón del incidente fue debido al avanzado deterioro y a la falta de mantenimiento de las jaulas de crianza, dio a conocer el Ministerio del Ambiente ecuatoriano en un comunicado.

Hasta ahora la especie sólo habitaba en todos los océanos del mundo, exceptuando al Pacífico Oriental y Central. Por esta razón, la fuga de estos especímenes desata ciertas incógnitas y preocupación, pues no se sabe de qué manera afectará a la fauna marina nativa de los países a los cuales emigró después de su fuga.

Esta especie (Rachycentron canadum) es un depredador voraz que puede llegar a medir 2 metros y pesar 80 kilos una vez que ha entrado en la etapa adulta. Su alimentación es a base de crustáceos, calamares y corvinas, así como de otros peces.

De acuerdo con expertos, no enfrenta ninguna defensa natural que regule su población. Además, las presas potenciales de la cobia no la reconocen como un depredador debido a su situación “foránea”, lo cual le brinda una gran ventaja. En México, se prevé que pueda arribar durante este mes, si sigue desplazándose con rapidez.

 

Otros casos

El catedrático de la UABCS señaló que uno de los casos más famoso de peces invasores fue el del pez león (Pterois antennata), que desde su llegada en 1990 se extendió desde Florida, hasta zonas del Caribe y Brasil, incluyendo algunas costas de México como Cancún.

La presencia de este animal marino, explicó, ha representado un verdadero problema biológico, pues “no solamente es posible observarlos de manera superficial; inclusive han sido avistados por submarinos en profundidades de más de 100 metros”.  

El éxito del pez león reside, en parte, en su mecanismo de defensa, ya que en su dorso hay espinas puntiagudas revestidas de toxinas venenosas que evitan que otro animal se lo coma; es decir, para este organismo no existen depredadores naturales.

Es esta misma ventaja la que le permite depredar especies autóctonas sin ningún obstáculo. Asimismo, se sabe que es una especie muy agresiva que ataca a los turistas que visitan los arrecifes coralinos; una de sus picaduras resulta sumamente dolorosa, por lo cual, hoy por hoy, se practica la pesca sin restricción contra este pez.

En La Paz también se han suscitado fugas de especies. El Dr. Carlos Sánchez cuenta que en Pichilingue se realizaban cultivos en mar abierto para obtener pez dorada (Sparus aurata), un producto de importancia comercial en Europa. Sin embargo, a finales de 2007, varios ejemplares fueron capturados fuera de las jaulas de crianza; incluso, uno de ellos fue recolectado en la Ensenada de La Paz, a 40 kilómetros de la granja de cultivo, de acuerdo a un informe realizado por el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas.  

A pesar de ello, el informe sugiere que la especie no se estableció exitosamente en la región como sí sucedió con el pez león en el Atlántico y el Caribe, debido a que, durante las recolecciones, no se encontraron ejemplares en etapas juveniles, lo cual podría indicar que dichos organismos no consiguieron reproducirse.