Australia.- Hace diez años las portadas de los principales diarios del mundo abrieron con la noticia de Natascha Kampusch, una joven que se había fugado del encierro al que fue sometida durante al menos ocho años por parte del secuestrador Wolfgang Priklopil.

Kampusch estuvo secuestrada en un minúsculo sótano que el propio Priklopil construyó.

Durante este lapso, Priklopil abusó sexualmente de la menor, la sometió a malos tratos y un daño sicológico, que hasta el momento atormenta la vida de Kampusch, quien para muchos es objeto de admiración pero también forma parte de una de las historias más terroríficas de la actualidad.

La historia 

Kampusch fue secuestrada a los diez años de edad, en 1998, cuando se dirigía a su escuela en Viena. Su secuestrador, la encerró durante ocho años en un agujero sin luz natural, hasta que logró escapar el 23 de agosto de 2006.

Su malestar lo relata en su último libro publicado este mes y que se titula "Natascha Kampusch: 10 años de libertad". Ahí cuenta que ha recibido cartas amenazantes, la han tratado de agredir en la vía pública o ha presenciado cómo contaban chistes sobre ella.

En contexto 

Ya antes de su liberación, el caso Kampusch era carnaza para la prensa que había sugerido que su madre, Brigitta Sirny, podría estar implicada en el secuestro.

Cuando se supo de su liberación, los austríacos se quedaron perplejos al ver con vida a quien todos daban por muerta, después de que el mayor operativo policial desplegado en la historia del país no hubiera dado resultado.

Kampusch trata ahora de rehacer su vida dejando atrás el mal trago del secuestro y las mentiras: toma clases de canto y equitación como terapia para superar su pasado, quiere retomar los estudios y ha colaborado en la ayuda a refugiados.

Con información de DW y EFE