México.- El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cree que el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa puede esclarecerse para dar con el paradero de los jóvenes estudiantes, siempre que el gobierno mexicano tenga la voluntad para hacerlo.

Claudia Paz y Paz y Carlos Beristain presentaron en Suiza y Alemania los hallazgos y conclusiones de sus trabajos; en Ginebra ante el Comité y Grupo de Trabajo contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas y en Berlín ante representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán y parlamentarios del Bundestag.

En opinión de estos dos miembros del GIEI, en Europa hay un amplio interés porque el caso se esclarezca y para conocer el porvenir del mismo expresado en el seguimiento de las recomendaciones emitidas por el Grupo Interdisciplinario.

Ambos reconocen su frustración y creen que pudieron haber avanzado más en las investigaciones, algo que no se les permitió, por ejemplo, al negárseles la posibilidad de entrevistar a elementos del 27 Batallón de Infantería de Iguala, Guerrero, sobre su presencia en la escena del crimen o la falta de acceso a la documentación militar o de la del CISEN producida el 26 de septiembre, así como que no pudieron entrevistar otra vez a los inculpados.

A ello se suma además que a partir de enero se mantuvo como eje la tesis del basurero, “se habla de nuestro informe y se dice que está incorporado a la investigación pero la narrativa de los hechos no cambia”.

De acuerdo con los integrantes del GIEI, la historia del basurero de Cocula se trata como verdad, mientras se dice de los normalistas que fueron confundidos en un ataque vinculado al crimen organizado, “creemos que esa es una mala señal porque la PGR (tiene que) cambiar la narrativa y transformar la investigación”, acotaron.

Finalmente, los acuerdo básicos y de confianza con la Procuraduría General de la República también fueron rotos.

La principal preocupación de Paz y Paz y de Beristain es la seguridad de los familiares de las víctimas, pues desde el principio se les buscó criminalizar y estigmatizar, actitud que se recrudeció con el fin del segundo mandato del GIEI.

En su opinión, la voluntad es crucial para esclarecer los hechos, sobre todo si se considera que en Iguala se tiene documentada la presencia de sembradíos de amapola y la existencia de laboratorios para procesar heroína, además del empleo de autobuses para el trasiego de droga.

“Sin embargo esta parte de la información que es tan importante porque podría explicar el móvil de estos hechos no se encuentra dentro de la investigación”, concluyen.

Con información de Proceso