México.- Donald Trump sí podría ganar la presidencia de Estados Unidos

Eso lo tiene bien presente el periodista Jorge Ramos desde que el magnate se lanzó como aspirante a candidato por el Partido Republicano el 16 de junio del año pasado.

En un artículo publicado por el diario Reforma, Ramos destaca que a donde quiera que va y le preguntan que si de verdad cree que Trump puede llegar a la Casa Blanca, el periodista no duda en responder: "Sí, por supuesto que puede ganar".

Y recuerda que hace unos días dos encuestas seguidas ponían a Trump por delante de Hillary Clinton, la candidata que tiene más delegados en el Partido Demócrata.

"Todo está dentro del margen de error. Pero la contienda, de pronto, está más cerrada que nunca", señala.

"Trump le parecía a muchos un hablador, arrogante y egocéntrico. Pero el error fue no tomarlo en serio. Sus ideas y propuestas, ya hace un año, eran peligrosas y divisivas: quiere deportar a 11 millones de indocumentados en dos años, construir un muro en la frontera con México y acusó injustamente a inmigrantes mexicanos de ser narcotraficantes, criminales y violadores; propuso prohibir la entrada a Estados Unidos a los musulmanes en el mundo y, al hacerlo, discriminaría por su religión a 1,600 millones de personas; desestimó los sacrificios de un héroe de guerra (capturado en Vietnam) como el senador John McCain; y en el primer debate quedó claro que se había referido a mujeres como 'perros' y 'cerdos gordos' entre otras ofensas. Y hay muchos otros desatinos", indica.

En su texto titulado "Sí, Trump puede ganar", Ramos lamenta que cuando políticos, diplomáticos y periodistas reaccionaron "ya era muy tarde", pues nadie le pudo arrancar la nominación del Partido Republicano a la Presidencia. "Y ahí es donde estamos".

En este contexto, y mientras camina por las calles de Montgomery, Alabama, el conductor se cuestiona cómo pasamos de Rosa Parks a Donald Trump. "Algo, sin duda, se torció en el experimento estadounidense".

Señala que en la esquina de las calles Montgomery y Molton, se encuentra con el letrero que indica el preciso lugar donde Rosa Parks fue detenida por negarse a dar su asiento en el autobús a un pasajero blanco, gesto, individual e histórico a la vez, dio inicio al movimiento de derechos civiles en Estados Unidos un 1o. de diciembre de 1955.

Para Ramos, la elección del primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos en 2008 (Barack Obama) no significó que entrábamos a una era post-racial (donde no importaba el color de piel, religión o país de origen). "Pero sí era una clara señal de que Estados Unidos iba en la dirección correcta. Un país que vivió décadas de esclavitud escogía como su líder al hijo de un inmigrante de Kenia".

Pero la historia nunca es lineal, advierte, ya que "lo que no vimos es que, junto a la elección de Obama, se creó una fuerte contracorriente de los grupos más antiinmigrantes, xenofóbicos y extremistas del país. Las ideas de Trump surgen de los grupos e individuos que rechazan un país cada vez más diverso y multiétnico, de colores y acentos distintos".

Y destaca que "es irónico que en la elección con la mayor participación de las minorías en la historia de Estados Unidos ha surgido un candidato que apuesta con ganar con el voto de los hombres blancos".

Remata: "Hoy el ejemplo de Rosa Parks es más importante que nunca. 'Alguien tenía que dar el primer paso', dijo. Y no esperó a que otro hiciera lo que, ella creyó, era su responsabilidad. Por eso en estas elecciones del 2016 me pregunto cuántas Rosa Parks se rehusarán a ceder su asiento y su voto".