México.- Luiz Inacio da Silva, el popular expresidente de Brasil (2003-2010), confirmó este viernes que ?si es necesario? se lanzaría por un tercer mandato al frente del gigante sudamericano en 2018.

Ante la bajísima popularidad de la actual administración, encabezada por su correligionaria Dilma Rousseff, Lula Da Silva es visto al interior del Partido de los Trabajadores como su única esperanza para conservar el poder.

Lula ha comenzado ya a recorrer algunas zonas de Brasil para halagar a Rousseff, en un intento por contener la crisis que sufre su gobierno. Este regreso a los entablados había despertado la especulación entre analistas políticos del país, misma que llega a su fin con las declaraciones de este viernes.

?Si fuera necesario irá a la disputa electoral y voy a trabajar para que la oposición no gane las elecciones?, indicó el exobrero y líder sindical, que decidió volver a la escena pública ?porque veo a mucha gente que ya gobernó el país, que fue diputado, gobernador, y no hizo nada, y ahora da lecciones como si fuera el salvador de la patria?.

A pesar del desencanto de la población con el PT, Lula tendría una oportunidad real de ganar pues la derecha brasileña actual no se ha desmarcado del todo de las dictaduras militares que gobernaron al país hasta el relativamente cercano 1985, lo cual genera el rechazo de amplios sectores de la sociedad, a los que se agregan los jóvenes que no vivieron esos años de represión pero sí la década de bonanza que dejó la administración de Da Silva, en la que se dio un proceso de movilidad social pocas veces visto en la historia no ya del país sino del mundo, con decenas de millones de personas accediendo a la clase media.

Además, Lula no ha emprendido su nueva lucha sin antes expresar un mea culpa a nombre de su partido. ?Lógico que se equivocó. Si no hubiera habido error, no estaríamos donde estamos, y Dilma reconoció que se equivocó?, aseguró sobre Dilma y los escándalos de corrupción que han estallado en los últimos años.