Grecia admitió que no puede pagar la deuda millonaria al Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, lo cual generó una reacción de la zona, misma que se negó a prorrogar el tiempo de extensión financiera para Atenas, pues el plazo venció el fin de semana, por lo cual será mañana, cuando se examinen las propuestas del país endeudado.

El primer ministro Alexis Tsipras había solicitado un nuevo programa de dos años a sus socios, a unas horas de que su país se declarara en default, sin embargo, tras el rechazo de la solicitud, Grecia se enfrenta a una posibilidad muy real de salir de la eurozona: ¿qué podría pasar?

Hay siete escenarios posibles que aglomeran los principales riesgos para los atenienses, entre los que destacan: la exposición del sistema financiero europeo; la pérdida de confianza; el aumento de las protestas sociales; el riesgo al que quedan expuestas las pensiones y el resurgimiento de las fuerzas políticas radicales.

A finales del año pasado, la deuda pública de Grecia ascendía a 317 mil millones de euros y sus principales acreedores son el FMI, el Banco Central Europeo y los gobiernos de Alemania y Francia, quienes son los más expuestos.

La principal afectación financiera iría dirigida contra los bancos comerciales sobre todo extranjeros, debido a las distorsiones en los balances si Grecia reconvierte su moneda, además al salirse, el mayor impacto sería para el BCE, así como para los bancos alemanes y franceses.

La nueva moneda no será el dracma, puesto que el gobierno griego buscará que esta salida no remita a un pasado, sino a un "nuevo comienzo", sin embargo, su salida de la eurozona obligará a establecer un mecanismo de paridad, que en principio correspondería a uno con el euro, sin embargo, se prevé una devuluación inmediata que podría ser se entre 45 y 85 por ciento, según Barclays, mientras Capital Economics sugiere una caída de 20 por ciento y Oxford Economics, de 30 por ciento.

El anuncio del fracaso de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores ocasionó que los costos de endeudamiento gubernamental de Italia, Portugal y España subieran entre 20 y 30 puntos base, por lo cual, los inversionistas temen que si Grecia sale, otros países también lo harán, pese a que su PIB sólo equivale al 2 por ciento de la eurozona.

Su salida ocasionaría una crisis de confianza que provocaría un aumento en los intereses y en la caída del euro, adicionalmente, su salida también podría incitar a otros países rescatados.

Los griegos solo pueden cobrar pensiones una vez por semana, sin embargo, los jubilados son acosados por el bajo crecimiento y la pobre recaudación, genera ausencia de fondos gubernamentales para costearlas.

El tema de pensiones es de los más delicados, puesto que la reducción del esquema de pagos generará polémica entre los ciudadanos: la salida afectaría el valor de esta prestación social, que es un pilar en la manutención del hogar, frente a la alta tasa de desempleo, tanto que se estima que la mitad de las viviendas viven de la pensión de un miembro.

Las encuestas son contundentes, el 70 por ciento de los griegos quieren permanecer en la zona euro y por ende, tiende a la austerida al cobijo de la zona, que la volatilidad de la salida seguida de una devaluación; en términos políticos es un voto implícito contra el nuevo gobierno.

El denominado 'corralito' a largo plazo es muy difícil de sostener para un ciudadano.

Si Grecia rompe los lazos con la Comunidad Económica Europea, deberá buscar alianzas comerciales fuera del bloque, lo cual apunta a Rusia.

Los principales compradores de las mercancías griegas son Turquía, Italia, Alemania, Bulgaria y Chipre, mientras sus proveedores están liderados por Rusia, seguidos de Alemania, Italia, China y Kazajistán.

De aliarse con Rusia, los efectos de la congelación de la balanza comercial podrían ser mitigados, por la volatilidad de una moneda de reciente creación.

El referéndum para permanecer o no en la eurozona podría impactar a otros países, debido a la negativa de los acreedores para más concesiones con Grecia, alentando el resurgimiento de las izquierdas radicales que se oponen a los estatutos de la Unión Europea y a sus medidas de austeridad.

De salir de la UE, Grecia estaría influenciada de manera económica y política por Rusia, lo cual indicaría una alerta para los Estados Unidos, a quien no conviene que por dicha influencia se desate una tensión política internacional.

Con información de Forbes