México.- Si Joaquín “El Chapo” Guzmán estuvo “desaparecido” durante 13 años, tras fugarse del penal de Puente Grande en Jalisco, fue gracias a aparatos de comunicaciones de alta tecnología y a tácticas avanzadas de contraespionaje a los que recurrió.

Así lo da a conocer la agencia The Associated Press, quien destaca que, no obstante, una acción definitivamente de baja tecnología selló el fin de la vida como prófugo del líder del cártel de Sinaloa:

Por una escucha telefónica ordinaria en el sur de Arizona las autoridades determinaron que se trataba de una llamada del teléfono celular de uno de los principales allegados al capo, y en un día, Guzmán fue capturado en un condominio de varios pisos frente a una playa en Mazatlán, Sinaloa.

En entrevista con AP, un agente con conocimiento directo de los años de Guzmán como prófugo y un funcionario del gobierno estadounidense al que se había informado del caso detallaron la inclinación de “El Chapo” a aprovechar la tecnología y a utilizar maniobras que lo pusieran siempre un paso adelante de la ley.

Los dos solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones a la prensa.

"(El Chapo) no escatimaba en gastos para protegerse", dijo el agente, quien detalló que parte del equipo de comunicaciones que utilizaba no estaba disponible totalmente a clientes civiles.

Los investigadores que le seguían la pista se sorprendieron con la refinación de los equipos y el empeño de Guzmán.

El capo empleó, entre otras prácticas, detectores de contraespionaje para descubrir transmisores ocultos en las habitaciones o que pudieran llevar personas con las que se reunía.

"Los equipos eran de alto nivel", sostuvo el agente.

Guzmán estaba bien protegido, por eso podía asistir a actos familiares y se casó con una reina local de belleza en una fiesta a la que asistieron numerosas personas. Al mismo tiempo, dirigía su próspero imperio multinacional y multimillonario del narcotráfico.

Las autoridades estadounidenses y mexicanas intentaron durante años detectar algún punto débil en la organización de “El Chapo”.

El funcionario estadounidense dijo que la Administración Antidrogas (DEA) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) recurrieron a escuchas ordinarias para encontrar a Guzmán. El año pasado, los agentes lograron interceptar mensajes de BlackBerry y otras comunicaciones.

En un cateo a principios de mes, en un escondite en Culiacán, la capital de Sinaloa, donde Guzmán actuaba casi con total impunidad encontraron un celular que pertenecía al jefe de comunicaciones de “El Chapo”, lo cual llevó hasta un mensajero de confianza, dijo el funcionario.

El mensajero describió después a las autoridades una serie de casas que Guzmán utilizaba como escondites.

Las autoridades señalan que la pista más importante provino de una escucha telefónica del ICE en Nogales, Arizona. Esa información dirigió a los marinos mexicanos al condominio exacto en el que Guzmán se ocultaba desde que había escapado a los soldados días antes por túneles interconectados abajo de sus escondites en Culiacán.

Las autoridades no revelaron los métodos específicos que utilizaron los últimos 13 años.

De acuerdo con el agente, mientras estuvo prófugo, Guzmán no se escondió en las montañas escarpadas del oeste de México. Con la asistencia de su propia fuerza de seguridad de confianza y posiblemente de algunas autoridades mexicanas, Guzmán se desplazaba libremente por algunas partes de México y quizá hasta internacionalmente.

"Se desplazaba con toda impunidad en la mayor parte (de Culiacán)", dijo el funcionario.

"Viajaba a voluntad. Tenía aviones privados. Era empresario, viajaba para reunirse con personas a fin de conversar no sólo de tráfico de narcóticos. Obviamente estaba interesado en los negocios financieros, en los mercados. Tenían en vista la expansión de su imperio", apuntó.