Berlín.- Uno de cada cinco alemanes padece depresión y la cifra alcanza los cuatro millones de afectados (de una población de 83 millones), pero sólo pocos reciben el diagnóstico y tratamiento adecuados, informó hoy la Fundación Alemana para la Ayuda contra la Depresión.

La directora de la Fundación, Christine Rummel Kluge, manifestó que la depresión es, con mucha distancia, la enfermedad que más afecta a las personas en el lugar de trabajo y 11 por ciento de ciudadanos de la Unión Europea la padecen.

Las cifras más recientes proporcionadas por los seguros médicos muestran que las ausencias del trabajo debido a enfermedades sicológicas aumentan cada vez más y que hay quienes quedan incapacitados de por vida para trabajar.

En el mundo laboral, las empresas no están preparadas para manejar el problema, razón por la cual la Fundación creó la “Red de Acción contra la Depresión en el Trabajo”, a fin de apoyar en forma activa a los altos ejecutivos y a nivel directivo para que aborden en forma adecuada esa enfermedad cuando afecta a un empleado o a ellos mismos.

Expresó que eso se debe a que hay mas información respecto a esa enfermedad y los afectados solicitan atención médica, salen de su aislamiento y se someten a tratamientos y terapias contra la depresión; lo que significa que hay mejor tratamientos.

Agregó que eso se refleja en las estadísticas en gran medida porque antes se diagnosticaba erróneamente la depresión y los enfermos eran ubicados como afectados por dolores crónicos de espalda u otro padecimiento. Hoy, la depresión se ha vuelto más reconocible y los afectados son clasificados con el diagnóstico correcto de depresión.

Subrayó que en Alemania han mejorado las medidas para proteger al empleado de sobrecargas excesivas de trabajo. El trabajo en sí no produce depresión e incluso puede ser un factor de protección contra esa enfermedad cuando se lleva a cabo en condiciones favorables.

De hecho desaconsejó las vacaciones porque la depresión y la desesperación viajan con el enfermo, emociones que se intensifican cuando éste llega a un nuevo entorno.

Todas las personas saben lo que son las preocupaciones, la sensación opresiva, el sentimiento de estar sobrecargado, el cansancio en la mañana tras levantarse, el luto, dijo. Esas emociones aparecen en momentos difíciles de la vida, puntualizó.

Las personas sanas que pasan por una etapa difícil consideran que quienes presentan esos síntomas y son depresivos pueden salir adelante con fuerza de voluntad y autodisciplina para superarla.

Advirtió contra lo anterior porque se pone a la persona afectada todavía más bajo presión. Se debe poder trazar una delimitación clara entre la reacción normal a momentos difíciles o dolorosos y la depresión.

Los afectados están rígidamente aprisionados en sus emociones, muchas veces ya no sienten nada e incluso no pueden sentir luto, experimentan vacío interior y piensan en el suicidio.