El Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), dio a conocer el descubrimiento del cometa C/2014 S3, el cual explicaría el origen del Sistema Solar gracias a sus características tan peculiares que lo alejan de sus similares.

Lo que diferencia a este astro, es que lleva congelado miles de millones de años dentro de la Nube de Oort, además de tener una cola mucho más pequeña que sus símiles y ser primordialmente rocoso, en lugar de helado.

Se cree que, por lo anterior, no es un cuerpo que naturalmente haya crecido en las afueras del Sistema Solar, sino que se habría formado junto a la Tierra, en años posteriores fue expulsado hasta su posición actual; tiene más en común con los asteroides del cinturón que está entre Marte y Júpiter.

En un análisis, C/2014 S3 sufrió pocas modificaciones en su constitución en todos estos años, por lo que ofrecería un vistazo más puntual a las épocas tempranas del Sistema Solar; por ello es que la comunidad científica se encuentra en la búsqueda de otros cometas rocosos.

De encontrarse los suficientes, se espera entender la formación de los planetas gigantes; principalmente, si estos se movieron por todo el Sistema antes de ocupar su lugar actual, o bien, hubieron pocas variaciones en su posición.

Con información de El Siglo de Torreón.