Este 3 de julio de 2015, la primer entrega de Volver al Futuro cumple 30 años de haberse estrenado en los cines, si bien muchos nunca la pudieron ver en la pantalla grande (varios conocieron la trilogía gracias a los ciclos de cine de los sábados del legendario Canal 5 de los 90); todos los que la han visto concuerdan en que es una de las cintas y sagas mejor hechas que haya tenido el cine de ciencia ficción en su historia.

Tal vez es por eso que su director, Robert Zemeckis, dio a conocer que, mientras viva, no permitirá que se haga una nueva versión de la historia; decisión un tanto polémica para algunos, pero nostros la respetamos y la condonamos por las siguientes razones.

Desde los protagonistas, el buen Doc y Marty; hasta el abusador Biff. Cada uno de los personajes tiene una función específica dentro de la historia, ninguno está demás. Asimismo, no son unidimensionales, aunque lo pueda parecer, el joven McFly evoluciona de un adolescente decepcionado de su familia, a un hombre preocupado por la misma y que quiere ayudarla, no sólo para asegurar su propia existencia. Vamos, incluso el propio DeLorean va de un simple medio, a un ente "vivo" dentro de ese universo.

La cinta tiene una muy buena carga científica (vamos, uno de los protagonistas es un físico); pero nunca notas que se te está dando una cláse acerca de los viajes temporales, la posibilidad de los mismos y consecuencias de estos; todo pasa de manera tan fluida que con sólo prestar un poco de atención, prácticamente puedes explicar toda la teoría sin problemas. Es como ir a un curso intensivo de física teórica de dos horas.

Cuando se habla de ciencia ficción, por lo general, se piensa en obras solemnes; como Blade Runner, Alien o Terminator. Volver al Futuro rompe con eso y nos presenta una cinta llena de momentos humorístcos memorables, desde George dándose valor con malteada para invitar a Lorraine; hasta Marty sorprendiéndose de lo viciosa y contradictoria que era su madre de joven.

Tal vez no lo hayas notado, pero Volver al Futuro cuenta con miles de referencias hacía varias formas de la Cultura Pop de los 70 y 80. A Star Wars cuando Marty se presenta como Darth Vader ante su padre, al rock cuando el músico afroaméricano le habla a su primo "Chuck Berry" sobre un nuevo sonido, incluso a la moda en el momento en que Lorraine piensa que el nombre de Marty es Calvin Klein porque está escrito en su ropa interior.

En esta época de sagas, a nadie espanta ya una trilogía, de hecho, estas hasta se quedan cortas. Hace 30 años esto era un tema casi inédito, a penas se comenzaba a explorar de manera masiva ese modelo. Como podemos ver en el final de la cinta, esta fue pensada como una saga, pues nos deja un gran cliffhanger; pero, a diferencia de obras actuales, no dependía de esto; todo el desarrollo se movía bajo el modelo aristotélico tradicional, cerrando el arco dramático de esa primer parte. La historia no era cortada a la mitad de manera arbitraria, para expandir las ganancias, lo que veías en la segunda y tercera parte sí era una expansión real del conflicto primero.

Felices 30 años, Volver al Futuro.