Corría el año de 1980, los videojuegos aún estaban en una era arcaica, las consolas no eran un fenómeno de entretenimiento como en la actualidad; por lo que aquellos que desearan probar este tipo de medios, debían de dirigirse a uno de los denominados "Centros Arcade", donde podían encontrar títulos como Space-Invaders, Q*bert, Donkey Kong y un curioso círculo incompleto amarillo de nombre Pac-Man.

Junto con los juegos mencionados, la obra de Namco capturó al mundo debido a su simpleza y complejidad a la vez; se tenía que consumir todas las píldoras de un laberinto, mientras se eludía a cuatro fantasmas de colores. A pesar de no tener una personalidad como tal, el personaje capturó a miles de fans, lo que lo llevó a posicionarse como uno de los primeros íconos de los juegos y establecerse como la "maquinita" más popular de ese momento.

Desde su génesis, Pac-Man ha tenido una vena cómica, Toru Iwatani, su creador, mencionó una vez que su diseño está basado en una pizza a la que le falta un trozo; de ahí su singular boca y el color, además, tuvo que cambiar de nombre al salir de Japón; originalmente se llamaba Pakku Man, romanizado, Puck Man; pero esto sonó políticamente incorrecto, pues en inglés podría darse un juego de palabras y cambiar el "Puck" por "Fuck".

Algo interesante del personaje y la franquicia es que se ha mantenido en el inconsciente colectivo, a pesar de que no ha tenido entregas relevantes desde ese primer interactivo (para muchos, sus aventuras en 3D son poco menos que aburridas); lo que le ha permitido tener participaciones en varios juegos de la propia Namco, así como en externo, su más reciente: Super Smash Bros. Además, de ser uno de los pocos héroes de videojuego que no sólo tiene una novia, está casado; ¿ya se olvidaron de la Señora Pac-Man? Un golpe bajo a Mario y Link.

Así, para celebrar a tan curioso personaje, te traemos sus mejores referencias en la cultura pop.

Felicidades, Pac-Man.