La NASA comenzará a probar en Cabo Cañaveral, Florida, en diciembre de 2014 a Orión, la nave que prepara para su próxima gran misión tripulada: Marte.

La agencia espacial de Estados Unidos afirmó que la próxima década de exploración será un momento emocionante de rápido desarrollo tecnológico y de pruebas.

El anuncio de la NASA del proyecto a Marte tiene como marco su reciente celebración del hito histórico de llegar a la Luna, encabezado por los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, el 20 de julio de 1969.

Al finalizar la era del Apolo, los científicos se enfocaron en tecnología para crear una nueva era de exploración, una era que incluyó la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI), los transbordadores espaciales, el telescopio Hubble, el envío del robot Mars a Marte y el Voyager 1 al espacio interestelar.

La EEI, que vuela en una órbita de 400 kilómetros por encima de la Tierra, ha sido una herramienta fundamental para dar a los científicos la información necesaria sobre la vida durante largos períodos de tiempo en el espacio.

El administrador de la NASA, Chris Bolden, indicó que el próximo paso es probar nuevas tecnologías en el espacio profundo con una misión a un asteroide, para poder ser independientes de la Tierra cuando se logre llegar a Marte.

Desde hace meses los científicos trabajan en Nueva Orleans en la construcción del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), el cohete más poderoso jamás construido por el hombre, que permitirá que la nave Orión llegue a Marte.

La exploración a Marte es algo que desde 1960 han intentado EU y otros países de la Unión Europea, así como Rusia, India, China y Japón. Pero por ahora sólo estadounidenses, rusos y europeos han conseguido colocar robots en el planeta rojo.

Orión cuenta con el escudo más grande de calor que jamás haya sido construido y una computadora 400 veces más rápida que la de los transbordadores espaciales.

El plan de prueba es que Orión realice una órbita a la Tierra 2 veces durante un viaje de casi 5 horas y regrese a la atmósfera a unos 32,186 kilómetros para caer en el Océano Pacífico.