En 2012, una tormenta solar pasó cerca de la Tierra; contaba con el poder suficiente para que la civilización, como la conocemos, desapareciera; en palabras de la NASA. La razón de esto es que hubiera afectado en gran medida todos los aparatos eléctricos y electrónicos usados en la actualidad, desde un teléfono móvil, hasta los registros de la luz y el agua. Lo que hubiera significado un retroceso tecnológico de poco más de 200 años.

Daniel Baker, profesor de física atmosférica y espacial en la Universidad de Colorado, señaló que la humanidad fue muy afortunada al no recibir un impacto directo, pues de haberse dado unas semanas antes, el planeta hubiera estado en su trayecto. En su lugar, se proyectó sobre sobre la nave espacial, STEREO-A, un observatorio destinado a medir este tipo de eventos.

De acuerdo con los datos recabados, su fuerza era comparable a la tormenta Carrington, de 1859. Para que se den una idea, tuvo el doble de potencia de una ocurrida en 1989 que dejo sin energía a toda la ciudad de Quebec. En el peor escenario, las consecuencias provocadas costarían unos 3 mil millones de dólares y años de reparación.

Para alivio de la humanidad, según un análisis de las tormentas de los últimos 50 años hecho por el físico Pete Riley, existe un 12% de probabilidad para que un fenómeno de este tipo impacte con el planeta en los próximos 10 años. 

Con información de Noticias MVS.