A todos nos ha pasado ese incómodo momento donde al llegar a casa, de manera inexplicable tenemos unas ganas insoportables de ir al baño, que aumentan con la desesperación de no encontrar las llaves y correr al primer sanitario que se nos cruce.

Pues bien, según la ciencia, esta sensación tiene un nombre especial: latchkey incontinence (incontinencia de llavero), y ha sido objeto de estudio por diversas universidades que buscan la razón real por la que esto pasa.

La Wenzhou Medical University en China, dice que esta sensación demuestra una excelente conexión entre la vejiga y el cerebro, la cual manda la señal de que necesita vaciarse después de no tener un lugar cerca de confianza para hacerlo, sin importar si está llena o no.

Por otro lado, los investigadores de la Universidad de Columbia, en Nueva York, realizó un estudio que determinó el momento en el que queremos vaciar nuestra vejiga; en primer lugar, destacó que los analizados prefieren visitar el sanitario al despertar, otros cuando saben que van camino a un baño cercano, en tercer lugar está el tener la vejiga llena y por último, cuando uno abre la puerta de su casa.

Este estudio comparó esta experiencia con un experimento realizado por Pavlov, el cual seguramente recordarás por el hecho de que hacía sonar una campana justo antes de dar comida a su perro. Finalmente, después de unos meses, si hacía sonar la campana, el perro salivaba sin ni siquiera ver la comida.  Pues aunque no lo creas, nuestro organismo reacciona igual.

La Asociación Española de Enfermería en Urología,  dice que esta es la razón por la que cada que escuchamos agua, nos dan ganas de ir al baño de manera urgente. Y no sólo eso, sino que al ser un impulso dominado por nuestra mente, tenemos la capacidad de controlarlo y evitar que un “accidente” pase.

Con información de Mejor con Salud.