México.- El Botox o toxina botulínica tipo A (onabotulinumtoxinA) es un medicamento que se emplea con el fin de paralizar temporalmente la actividad muscular, explican los especialistas médicos de Mayo Clinic.

Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos autorizó el uso de Botox como tratamiento para la migraña crónica, aunque se puede considerar como un método de curación para este mal, aseguran.

El Botox se usa sobre todo en personas que sufren dolores de cabeza durante más de 15 días al mes y el tratamiento que reciben es cada tres meses. Eso es todo lo que algunos necesitan para mantener controlado el dolor, mientras que otros requieren más medicamentos u otro tratamiento.

¿Cómo se descubrió?

Desde 2002, los médicos de Mayo Clinic trataron con Botox de forma eficaz y segura a miles de pacientes con migraña crónica. El medicamento suele inyectarse en los músculos de la frente, del cuero cabelludo, del cuello y de los hombros.

Los especialistas desconocen los detalles específicos de cómo funciona el Botox para evitar los dolores de cabeza, pero señalan que es posible que sea captado por los receptores de dolor en los nervios de los músculos. Luego, el medicamento desactiva esos receptores y obstruye las señales de dolor que los nervios envían al cerebro.

Sin embargo, el dolor no desaparece de manera permanente, sino después de varios meses, pues los nervios encienden nuevas fibras de dolor y entonces los dolores de cabeza tienden a reaparecer.

“El efecto de la toxina botulínica tipo A, dura normalmente entre dos y dos meses y medio. Debido a que las inyecciones no pueden repetirse antes de tres meses, algunas personas necesitan otro tratamiento para el dolor de cabeza en las últimas dos semanas del ciclo del Botox”, exponen los médicos de Mayo Clinic.

Los especialistas señalan que ofrecer tratamiento con esta toxina para el dolor de cabeza cada tres meses es la norma nacional, según las recomendaciones de la Sociedad Americana de Cefaleas.

“Los tratamientos no se administran más a menudo debido a la pequeña posibilidad de que si se inyecta con mayor frecuencia, el cuerpo podría crear anticuerpos contra ésta y podrían impedir el funcionamiento de futuras inyecciones”, explican los médicos.

Con información de Notimex