La inteligencia emocional es algo que debemos en teoría, aplicar en nuestro día a día. No siempre sabemos cómo responder o reaccionar a ciertas situaciones que vivimos y que nos alteran, por lo que terminamos incluso afectando nuestra salud.
Para empezar, ten en mente que la felicidad es algo individual, así que de ti depende lograrla. La inteligencia emocional significa tener pensamientos recogidos, un montón de gratitud, y la capacidad de adaptarse al cambio; significa valorar, y llevarse bien con todas las personas a tu alrededor.
La inteligencia emocional implica tener la capacidad de identificar las propias emociones y las emociones de los demás. También trata sobre la gestión de las propias emociones y la utilización de habilidades para la regulación de ira, el resentimiento, la tristeza, la frustración, la culpa, etc.
Para ser inteligente emocionalmente necesitas entender 4 componentes: la auto-conciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de relaciones. Prestar atención a estas emociones te ayudará a cuidar tu salud mental, salud física, las relaciones personales y tu carrera.
Aquí 5 consejos para lograrlo:
1. Practica cómo expresarte
Es difícil ser acertivo… La afirmación de las necesidades que tenemos, tiene una efectividad positiva en las emociones, da la cara, analiza y sobre todo, habla con claridad.
2. Sé lo más empático posible
La inteligencia emocional no se trata sólo de reconocer tus propios pensamientos y sentimientos, sino también los pensamientos y sentimientos de los demás. Esto puede ser útil con los amigos y en el trabajo. Ser empático puede ayudar a que te acerques a los demás, obtengas su apoyo cuando lo necesites, y potencialmente desactives los conflictos que puedan presentarse.
3. Aprender a ser más conscientes
La atención plena no es sólo una buena manera de estar en el momento, sino también puede ayudarte a lidiar con situaciones estresantes. Las técnicas de pensamiento como el yoga, la meditación, imágenes guiadas y paseos conscientes, son conocidos por disminuir el estrés, lo cual ayuda a regular las emociones.
4. Recuperarse después de un problema
Una cosa mala le puede pasar a dos personas; la diferencia es que una de esas personas esté emocionalmente poco saludable y vea todo de una manera más sesgada. Claramente, es mucho mejor poner un giro positivo a las cosas y combatir la desesperación, la derrota y la frustración.
5. Siempre mantén la calma bajo presión
Las personas que no saben cómo regular sus emociones son los que se desmoronan cuando se sienten estresados. Las personas equilibradas logran mantener la calma bajo presión y recuperarse rápidamente después de los trastornos: no te desquites con los demás.