En Francia la empresa conocida como Short Edition se le ha ocurrido una gran forma de fomentar la lectura: ha colocado máquinas que expenden cuentos cortos impresos en diferentes puntos estratégicos como el ayuntamiento y as oficinas de turismo de la ciudad de Grenoble.

Por ahora sólo es un programa piloto, el usuario puede elegir el tiempo de lectura de la historia, entre entre uno, tres y cinco minutos.

Y es que varios estudios afirman que desde que surgieron los smartphones leemos menos, así que esta iniciativa busca “hacernos rehuir de la tecnología durante un rato y fomentar la lectura” mientras esperamos al autobús.

Con información de Alta Densidad