De acuerdo a Will Lassek, investigador de la Universidad de Pitthsburg, los depósitos de grasa en el trasero y los muslos femeninos contienen ?componentes esenciales? para el desarrollo del sistema nervioso de los bebés, los cuales se transmitirían mediante la lactancia.

?La grasa en estas zonas es un almacen que sirve para construir el cerebro de un bebé. Se necesitan muchas grasas para crear un sistema nervioso y las grasas en estas zonas están enriquecidas con ADH, un componente importante del cerebro humano?, señaló.

Las células de grasa se mobilizan durante el embarazo para que el feto pueda absorber sus nutrientes. Esto también contribuye a que las mujeres pierdan peso durante la lactancia. Se estima que las mujeres poseen en promedio casi 100% más de grasa corporal que los varones.

Estas sin duda son buenas noticias para algunas madres, ya que otro estudio reciente encontró que las mujeres con traseros grandes también resultarían más inteligentes, en promedio, que las delgadas.