Claro, las redes sociales resultan excelentes para informarte al instante, para conocer personas con las que jamás en la vida pensaste establecer una relación (aunque sea virtual), construir vínculos a distancia y demás, pero si caes en el exceso, es probable que los problemas aparezcan y a la larga, te cueste trabajo solucionarlos. 

Si crees que ya estás pasando por alguno de los siguientes conflictos, es mejor que le bajes tres rayitas al uso de Twitter, Facebook y demás redes? ¿Listo para detectar problemas?

La tecnología es un arma de doble filo: puede que la sepas utilizar perfectamente, por lo que tendrás resultados positivos; sin embargo, si te pasas de la raya terminarás en un aislamiento total y olvidarás lo que es convivir con la gente fuera de tu confort virtual.

Al estar conectado todo el tiempo en redes sociales, te vuelves una persona localizable las 24 horas del día. ¿Cuándo volverás a disfrutar de tu soledad? Lamentablemente la obsesión por hacer partícipe a las personas de nuestra vida diaria, torna que una visita al mercado se convierta en la galería perfecta para el Instagram o bien, que viajar en el metro sea el motivo perfecto para tuitear cualquier cosa que se te venga a la mente.

Puede que no te hayas dado cuenta, pero esos momentos en los que antes te dedicabas a disfrutar de tu compañía... ya no existen. Y es que entre el Face, el Instagram y todas las demás redes sociales no te queda nada de tiempo para estar en compañía de tus pensamientos. La necesidad de llenar esos "espacios vacíos" es demasiado fuerte.

"Son 5 segundos, actualizo mi estado de Facebook y...". Pues, no; no son 5 segundos y eso de andar viendo el celular mientras conduces no es nada menor. Investigaciones recientes demostraron que el 48% de los conductores jóvenes usan el celular mientras conducen. ¿El resultado de este comportamiento? Accidentes, más accidentes y... la muerte.

Un estudio realizado por la Universidad de Harvard en 2012, reveló que el acto de "exposición", que se realiza frecuentemente en las redes sociales, activa las mismas zonas del cerebro que el consumo de cocaína y otras drogas.  ¡Adictos!

El uso desmedido de las redes sociales llevan a la depresión. Y es que, ¿quién se siente más feliz después de haber chequeado su página de Facebook? Allí, entras en contacto con las fiestas a las que no has ido, las delicias gastronómicas que no has probado y los viajes que no has realizado.

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