Claro, es normal verse al espejo para arreglarse o darse una ?manita de gato?, es inevitable pasar frente alguna superficie reflejante y echar un vistazo a nuestro reflejo por mero gusto. ¡Todo mundo tenemos algo de narcisistas!

El problema está en cuando ese gusto se vuelve obsesivo, y termina por perjudicar la salud de un amor propio desembocando en manías obsesivas como la captotrofilia, la cual, según explica Sergio García, psicólogo terapeuta en El Escorial y Madrid,  se enmarca dentro de las patologías relacionadas con la obsesión y los trastornos dismórficos corporales.

?Engloba dos comportamientos. Por un lado, esas personas no se ven bien, no se encuentran guapas, creen que tienen la nariz demasiado grande etc. Por otro lado, necesitan mirarse al espejo para constatarlo y, cuando lo hacen, se sienten saciados porque encuentran lo que buscaban", explicó el psicólogo.

Esta manía es transitoria, pero puede desembocar en trastornos más graves como tanorexia, anorexia nerviosa o trastorno de distrofia corporal.

Quienes padecen captotrofilia se la pasan horas frente al espejo tratando de encontrar y corregir defectos, una vez corregidos, detectan nuevas imperfecciones. Siempre se mostrarán inconformes con sus atributos, así que la fijación se volverá patológica y el malestar se volverá depresión, lo que incluso podría llevarlos al suicidio.

Esta manía obsesiva se presenta en personas que tienen a sustentar su autoestima con base al aspecto físico desde una edad muy temprana. Ojo, no es exclusivo del género femenino, los hombres también tienden a desarrollarla.

Los captotrofílicos buscan ajustarse al falso ideal de belleza imperante en la sociedad, que también lleva a las mujeres a maquillarse más de lo que desean. ¿Hasta qué punto es válido preocuparnos por nuestra apariencia?

Está comprobado que una mujer pasa aproximadamente 55 minutos al día arreglándose antes de salir, lo que nos da un total de 6.4 horas a la semana; en cuanto a los hombres, ellos pasan en total 4.5 horas a la semana frente a un espejo. Estos resultados surgieron tras una encuesta realizada por el programa Today de la NBC, donde se contó con la participación de 2 mil adultos y 200 adolescentes.

Actualmente no necesitamos tanto de un espejo. Gracias a los celulares podemos estar viéndonos constantemente y claro, tomando millones de selfies que nos hagan sentir más seguros. Sin embargo, el verdadero y gran problema se hace presente cuando una persona se percibe fea o desfigurada y se mira constantemente en el espejo.

No hay estadísticas ni datos para saber cuántas personas estarían afectadas por captotrofilia que, en realidad, es un trastorno que no suele verse aisladamente. Suele presentarse como un comportamiento transitorio, que perdura entre 3 y 6 meses, y que esconde o adelanta algo más. Es lo que los expertos llaman un ?pródromo?, un síntoma inicial de otra enfermedad.

La psicoterapia es la primera prescripción para personas con captotrofilia y se empieza por hacer un diagnóstico diferencial. El terapeuta debe tratar de averiguar cómo ha comenzado ese comportamiento. ?Lo primero es conocer la historia de esa persona desde pequeño, qué importancia ha tenido el físico en su familia, si de niño le comparaban con otros ?físicamente o en cualquier otro aspecto?, si ha vivido algún tipo de rechazo a nivel social por un asunto físico, psicológico o intelectual. Hay que buscar si su autoestima es pobre y, en ese caso, reforzarla, y desde luego tratar de evitar que se meta en una dinámica de cirugías. A veces llegan a mi consulta por recomendación, no ya solo de sus familias, sino de los propios cirujanos?, indica el psicólogo Manuel Oliva.

Los captotrofilicos jamás subirán una foto de ellos, jamás usarán su imagen como avatar para las redes sociales; por lo general utilizarán la imagen de un animal, un paisaje o un dibujo.

Con información de Muy Interesante.