Si una de tus preocupaciones era encontrar la manera de disminuir o evitar cicatrices, a continuación te damos una receta práctica, sencilla y económica para ayudar a tu piel a sanar y evitar marcas.

La miel, además de ser conocida por su dulzura, fue utilizada desde hace miles de años con fines medicinales para curar tos, gripa y sobre todo, para ayudar a la piel; pero además, es un excelente cicatrizante.

Según dicta la historia, las primeras referencias del uso medicinal de la miel se remonta a Egipto y Sumeria, hace unos 7.500 años, donde de los 900 remedios que se conocen, al menos 500 tenían a la miel como ingrediente.

Según un estudio realizado en Inglaterra, demostró que la miel tiene un poder cicatrizante asombroso. Se trataron a 105 pacientes por un lapso de 12 semanas para curar heridas, el resultado fue que las heridas cicatrizaron un 12% más rápido que lo que tarda una herida en sanar normalmente.

¿Cómo se usa? Simple, solo necesitas untarla como si fuera pomada.

Según el libro Remedios en la Cocina, 1001 Soluciones Caseras para su Salud, la miel contiene fructosa, glucosa, disacáridos como la sacarosa y maltosa, y oligosacáridos. Incluso dice que puede prevenir el cáncer de colon.

¿Por qué ayuda a cicatrizar tan rápido?

Su elevado contenido de azúcar, combinado con peróxido de hidrógeno y propóleo, extraen la humedad de las heridas y evitan la existencia o desarrollo de bacterias.

Existen dos tipos de miel: la oscura y la clara, la diferencia entre ambas es que la oscura contiene más antioxidantes y es de sabor más intenso.

Así que ya sabes, a la próxima que te lastimes, cúrate con miel.

Con información de El Universal.