México.- El pasado 29 de abril fue el último día que Eneyda Rosario Ramos Noriega fue vista con vida. Era estudiante de Medicina de la Universidad Autónoma de Baja California.

Sus familiares pidieron ayuda a través de redes sociales desde la noche del viernes y a lo largo del sábado para localizarla. Pero, para la noche del 30 de abril, 24 horas después de ser vista en Zona Río, elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) encontraron su cadáver en un domicilio de la colonia Revolución.

Primeras versiones apuntaban que la causa de muerte había sido estrangulamiento.

A lo largo del domingo 1 de mayo sus familiares señalaron como culpable a Alejandro Castellanos Espinoza, ex pareja sentimental de Eneyda. Pero fue Karla Vanessa Garza Yañez, actual pareja de Alejandro, quien indicó que ellos se habrían reunido la noche del viernes.

Más tarde acudiría ante las autoridades para detallar el feminicidio que ella había presenciado, sin dejar en claro el grado en el que estuvo involucrada.

La tarde de ese domingo agentes periciales remolcaron del domicilio de Castellanos Espinoza, ubicado en la colonia Lomas Conjunto Residencial, un vehículo Honda Accord color blanco y ahí encontraron indicios de la muerte de Eneyda.

Este jueves la PGJ de Baja California señaló a Alejandro y Karla como presuntos responsables del feminicidio, que ambos privaron de la vida a Eneyda con una bolsa de plástico cuando esta se encontraba a bordo del Honda Accord.

Alejandro fue detenido esta madrugada por el delito de feminicidio, que más tarde sería reclasificado a “homicidio calificado”. Posteriormente Karla fue también detenida y acusada por el mismo delito. Ambos se encuentran recluidos en la penitenciaría de La Mesa.

Diversos medios locales han señalado que ambos jóvenes mataron “por celos” a Eneyda y que podrían pasar de 30 hasta 50 años en prisión. El propio subprocurador de Investigaciones Especiales, José María González Martínez, destacó la relación sentimental que Eneyda y Alejandro sostuvieron durante cinco años, hasta que esta se volvió problemática, y tras la inevitable ruptura “él no la pudo superar”.

A lo largo de la semana cientos de estudiantes de Medicina se manifestaron frente a las instalaciones de la PGJE en la Zona Río con consignas para exigir justicia para su compañera. 

Con información de Frontera Info, El Mexicano, UniradioInforma y Zeta