México.- El cerco militar que el gobierno mexicano ha desplegado en la zona conocida como El Triángulo Dorado, en los límites de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, en búsqueda de recapturar al narcotraficante Joaquín ?El Chapo? Guzmán Loera, ha dejado estragos entre la población del área, con techos perforados, autos incendiados y cientos de personas que han debido abandonar sus casas y huir de la violencia.

En el municipio de Tamazula de Victoria, la población ha preferido huir hacia Cosalá, en el vecino estado de Sinaloa, luego de que el pasado 6 de octubre iniciara una ofensiva militar para arrestar a Guzmán Loera, en la que se dirigieron ataques armados desde helicópteros de la Marina.

Un equipo de reporteros de la agencia francesa AFP narra cómo intentaron llegar a la comunidad El Limón, donde se encuentra un rancho fuertemente custodiado por elementos del Ejército. De acuerdo con su versión, poco antes de llegar al lugar, cercado con mallas y alambres de púas, tres marinos les apuntaron con rifles y los grabaron en video, para luego explicarles que no hay acceso al rancho pues está ?intervenido?.

Dado el recelo con que el ejército se reserva información sobre el lugar, mucho se ha especulado que en este rancho hubo un enfrentamiento entre sicarios del Cártel de Sinaloa y fuerzas federales. Este fin de semana, en un escueto comunicado, el gobierno se limitó a aceptar la versión de que El Chapo había resultado herido en un intercambio de disparos, como habían adelantado medios estadounidenses el viernes. Sin embargo, no se dio a conocer el lugar exacto del enfrentamiento ni se confirmó si las heridas son producto de arma de fuego o de una caída, como se ha especulado.

Además, la administración federal asegura que, a pesar de las personas desplazadas, sus operativos se han conducido con absoluto respeto a los derechos humanos de la población del lugar.

A pesar de esta posición oficial, la población tiene una versión distinta de los hechos. Inés Rayón Mendoza, pobladora del lugar, recuerda que el martes 6 de octubre se encontraba preparando tortillas cuando comenzó a escuchar ráfagas de fuego. En entrevista con Carola Solé, de la citada agencia, Rayón narra que fue corriendo a buscar a su bebé tras escuchar las detonaciones, y pudo observar dos helicópteros, al parecer de la Marina, disparando contra su rancho, contiguo a El Limón. Tras el ataque, su domicilio resultó con decenas de impactos de bala y su automóvil incendiado, por lo que más tarde denunciaron los hechos ante las autoridades.

Inmediatamente después del ataque, Rayón Mendoza huyó junto con su marido y caminó "sin comer y sin tomar agua" por cuatro días seguidos, con su hija de dos años en brazos, hasta llegar a Cosalá, a donde han arribado otras 600 personas en los últimos días, la mayoría con historias similares.

?Que la Armada disparó sobre casas de la población civil es falso, (pero) obviamente cuando se encuentran con gente que dispara, van a repeler la agresión?, se limitó a declarar una fuente del gobierno que pidió permanecer en el anonimato.