México, 16 Oct. (Notimex).- Un conjunto de 12 entierros dentro de cistas o cajas hechas con basalto, lo que lo hace único, fue descubierto por arqueólogos en el estado de Nayarit, e informaron que por la cantidad de restos humanos que contenía cada uno podría tratarse de un panteón prehispánico con más de mil años de antigüedad.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que es el primer hallazgo de este tipo en el sureste de dicha entidad, a 40 centímetros de profundidad, como parte del salvamento arqueólogo que investigadores del instituto realizan en las obras de construcción de la autopista Jala-Puerto Vallarta.

Lourdes García Barajas y José Beltrán Medina, arqueólogos del INAH, señalaron que se trata de un contexto funerario único en su tipo, se trata de una tradición mortuoria que se desconocía para la región de Occidente, ya que anteriormente sólo se habían hallado tumbas de tiro o restos óseos dentro de urnas de barro, pero nunca contenidos dentro de cajas de piedra.

Detallaron que tanto al interior como alrededor de los contenedores mortuorios se hallaron osamentas completas, la mayoría de ellas quemadas, por la coloración negruzca que presentan, y piezas óseas al interior de las vasijas de cerámica que estaban dentro de las cistas, por lo que hasta el momento los especialistas no han determinado el número total de individuos que fueron inhumados.

Los entierros estaban en un área que se localiza al pie del volcán, que forma parte del Eje Neovolcánico Mexicano, cuya erupción más grande se presentó en el año 1000 de nuestra era. La piedra volcánica cubría los enterramientos, elemento que ayudó a determinar, de manera preliminar, la temporalidad de los vestigios prehispánicos.

García explicó que cada una de las cistas está construidas con ocho piedras de basalto, en promedio, y tapadas con lajas que fueron fragmentadas intencionalmente como parte de algún ritual aún desconocido.

Describió que al retirar las lajas se encontraron restos de pigmentación roja en las esquinas norte y oeste de las cistas, y debajo se hallaron osamentas quemadas, así como vasijas, cajetes trípodes, cuentas de cerámica, malacates esgrafiados, objetos de concha y punzones de hueso.

Por su parte, Beltrán a refirió que también en el interior de una de las cajas de basalto se encontraron tres figurillas femeninas tipo Mazapa; dos de ellas son iguales y representan a mujeres ancianas con pigmentación roja, vestidas con blusa y falda, y portan un tocado, orejeras y pulseras.

La figura restante es de menor tamaño y representa a un personaje joven con vestimenta y atavíos, pero carece de coloración rojiza, y fue a partir de las figurillas y demás elementos de cerámica que formaban parte de los entierros, que los arqueólogos han fechado estos vestigios hacia el periodo Posclásico Temprano.

Como parte del salvamento arqueológico, los investigadores también descubrieron, en el área correspondiente a la Pitayera, una tumba de tiro aparentemente saqueada, pues no contenía ningún tipo de objeto ni restos óseos.

Además, Beltrán agregó que dicho espacio funerario destaca por su construcción arquitectónica, conformada por un tiro rectangular y cuatro bóvedas, una de cada lado, lo que es muy significativo, ya que es la primera vez que se encuentra una tumba así en Nayarit con más de dos cavidades.

Todos los huesos humanos recuperados en los 12 entierros se trasladarán al campamento arqueológico montado en el área del descubrimiento, donde un antropólogo físico los estudiará a detalle, a fin de determinar el número de individuos, sexo y edad de cada uno, patologías y marcas de actividades que desarrollaron en vida.