Escuchamos un discurso emotivo al final de la primera cinta, en pantalla vemos a Renton con una maleta llena de dinero huyendo de su pueblo natal en busca de una nueva vida, se prenden las luces del cine y sale uno del teatro agradeciendo la vida que llevas y cómo vas a vivirla a partir de esas palabras salidas de los labios de Junkies. Dos décadas después las palabras toman un nuevo significado tanto para los personajes como para el espectador.

Renton decide regresar a Escocia después de vivir en Amsterdam -Extrañamente la capital de la heroína-.  El choque es inminente con lo que dejó atrás; tratará de ajustar cuentas. La traición, el robo y el anhelo de ser alguien mejor son tiradas por la ventana en el monto de su llegada a su ciudad natal, más aún con la salida repentina de  Begbie de la cárcel.

Danny Boyle nos regala una mirada más a este mundo que hizo suyo hace dos décadas de la adaptación de la novela del mismo nombre del escritor Irvine Welsh; ahora nos encontramos con un director que ha madurado a un punto de perfección a la hora de construir escenas emotivas, ya sea con mil elementos en pantalla o solo dos actores hablando. Él encuentra la más increíble forma de exponerlo. Esperó todo este tiempo en contar esta historia y valió la pena.

La estructura narrativa ha tomado un paso más allá y ahora el jugar con el tiempo es un pasatiempo de exposición para el director, presentándonos flashbacks de la cinta pasada como recuerdos de los personajes. Esta vez las memorias son  poco claras y en ocasiones difíciles de afrontar pero son las que marcaron el destino de nuestros personajes. Como espectador es un absoluto placer encontrarte que las ideas son las mismas dentro de sus cabezas solo que ahora ellos saben las consecuencias de éstas.

Spud, Sick boy y Begbie, desean respuestas de Renton y nada los frena para obtenerlas, este es un encuentro de hombres maduros buscando soluciones a sus malas decisiones de juventud.

Esto es lo que quedó después de veinte años, un grupo de individuos al final de una aventura que les tomó dos décadas retomar, ahora es tiempo de levantar del suelo sus sueños y seguir adelante o como dice Renton  “elegir una vida” y correr a cualquier dirección.

T2 es una cinta que debe ser vista con bajas expectativas, es un animal completamente diferente al anterior; genuina en espíritu y ejecución pero sin comparativa con la primera entrega. Disfruta de esta cinta sin prejuicio alguno, no te arrepentirás.