El "ego" de Cristiano Ronaldo se comió a todo el Real Madrid. El astro portugués no se recuperó, al cien por cien, de una lesión y debió pedir el cambió en una Final que tenía muchas opciones de irse a la prórroga. No fue así, Zinedine Zidane, por falta de liderazgo o por visionario lo mantuvo en la cancha cuando el portugués se arrastraba en la cancha. El exastro francés decidió cambiar a Kroos y Benzema, para mantener a un CR7 visiblemente mermado físicamente. La apuesta fue ganadora, Ronaldo acabó como triunfador y será la portada de todos los diarios, su calidad se impuso a su ego.