La imagen de Leo Messi abatido, cabizbajo, como en estado de shock, tras la tanda de penalties conmocionó a la gran mayoría de espectadores que siguieron por televisión la final de la Copa América 2015 entre Chile y Argentina.

La desolación del argentino vivió su momento de crueldad máxima cuando un niño recogepelotas se acercó a Messi, ajeno al dolor que sentía por haber perdido una nueva final, y aprovechó la ocasión para fotografiarse con el mejor jugador del mundo.