Tras el silbatazo final del partido entre México y Paraguay, el caos y los desmanes se hicieron presentes tanto en las gradas como en el terreno de juego del estadio Arrowhead Stadium, pues los aficionados perdieron la cabeza por tratar de acercarse a los jugadores mexicanos. 

Todos los aficionados implicados fueron arrestados y tendrán que pagar una multa, así como pasar al menos 24 horas en la comisaria de la policía del estado Kansas.