En el año 2013, la Federación Alemana de Fútbol se trasladó a Brasil en busca de un lugar ideal para su selección. Después de buscar por todo Brasil, no encontró un hotel que reuniera las de su gusto. Joachim Löw quería instalaciones en las que pudiera trabajar sin ser “espiado” y con la máxima tranquilidad. En realidad sí lo encontró, con un problema: estaba sin construir. Era una quimera que Alemania pudiera concentrarse en Santo André, un pequeño pueblo, casi aldea, al sur de Salvador de Bahía.

El seleccionador y sus ayudantes le preguntaron a su Federación si cabía la posibilidad de crear un complejo hotelero en ese idílico lugar. Al principio a los ejecutivos les sonó a broma la propuesta. Una vez meditada, la Federación aceptó la “locura” de su seleccionador y se puso manos a la obra.

En el sur de Salvador de Bahía, a unos 30 kilómetros de Porto Seguro, en la costa atlántica de Brasil, levantaron un complejo de 15 mil metros cuadrados y un campo de fútbol. Lo llamaron "Campo Bahía" y se formó, además, por 14 viviendas de dos plantas, un edificio administrativo, un gimnasio, una piscina, 65 habitaciones, y hasta un pequeño aeropuerto a 30 kilómetros.

Se tardaron alrededor de 5 meses para contruirlo, según la prensa brasileña, y emplearon solo a habitantes de la comunidad local, tanto para la construcción como para la atención a la delegación y jugadores alemanes. Pero duraron poco como empleados, ellos pasaron a ser propietarios. Alemania donó Campo Bahía a los habitantes del pueblo.

De acuerdo al sitio web ambientalbrasil.com.br, Alemania ya hizo proyectos de responsabilidad social en Sudáfrica 2010 y la Eurocopa de Polonia y Ucrania; y esta vez no fue la excepción.

La comunidad donde se alojó la delegación y selección alemana no solo deja una gran infraestructura para beneficio de la comunidad, sino, como relatan distintos medios internacionales, donó 10 mil euros (unos $ 13.614) para que la compra de una ambulancia que sirva a la comunidad Santo André y a otras aledañas.