Resulta sorprendente lo acostumbrada que está la sociedad mexicana a la cadena de atropellos y violaciones, un día sí y otro también, de las normas jurídicas por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

A la fecha no ha habido ningún pronunciamiento de hartazgo, ni un reclamo, ni una cadena de correos o twitters que denuncien la violencia y el cinismo de los líderes e integrantes de la llamada coordinadora de maestros.

Las redes sociales se han convertido en una guillotina que le cortala cabeza a cualquier hecho o fenómeno social. Desde la denuncia por el maltrato animal hasta la burla, el escarnio y los reclamos por errores, menores o mayores, de políticos y artistas; en donde en todos los casos y de forma inmediata se pone en marcha una artillería profesional de hashtags o trending topics.

Pareciera que a nadie le importa lo que hace la CNTE, como tampoco lo que repercuten sus medidas en el Sistema Educativo Nacional. Un simple recuento de las acciones ?opositoras?de esta Coordinadora nos deja ver lo reprobable de su conducta.

Se oponen a la puesta en marcha de la Reforma Educativa, hacen boicot a las elecciones, exigen la eliminación de la evaluación de los maestros eimpiden la cancelación de las ?comisiones laborales? de sus líderes y activistas. Están en contra de la designación de funcionarios y autoridades estatales educativas, rechazan las manifestaciones de los padres por la falta de clases, amenazan con no cumplir con el calendario escolar; bloquean y vandalizan los espacios públicos y se niegan a transparentar el uso de los recursos públicos que reciben, entre otros ?derechos? que les pertenecen.

Pero ¿qué ofrece o propone la CNTE?

Nada, mucho menos clases y conocimiento para los alumnos. A pesar de todo ello, insisto, a la ciudadanía no le ha importado; da la impresión que lo mejor es verlos ?desde lejos? o, peor aún, ser indiferentes a sus estrategias de ?lucha?.

Esa indiferencia o tolerancia a la CNTE ha resultado en que miles de niños de las zonas más pobres del país no asistan a la escuela por largos períodos; y la situación es muy grave, porque en el fondo lo que produce esta Coordinadora es que las desigualdades crezcan, las diferencias se ahonden y las oportunidades se cancelen.

Sí, porque más allá de la ?situación política? que ha generado, la CNTE está poniendo en riesgo el futuro de los hijos de los campesinos, al obstaculizar que los niños que pertenecen a pueblos y comunidades indígenas continúen estudiando, impidiendo que muchas familias mejoren sus condiciones de vida.

Por todos lados se escucha decir que el futuro de un país está en la educación;y para sostener este argumento existen un sinfín de diagnósticos de cómo mejorar el sistema educativo, que van desde recomendaciones de organismos nacionales e internacionales para mejorar las prácticas educativas, hasta programas para, ahora sí, ser un país con mejores profesionistas y trabajadores. En todos ellos, la base del cambio se encuentra en la educación.

Sin duda, la educación es la palanca de todas las transformaciones, pero no sólo desde el punto de vista de las capacidades productivas, sino también desde la formación individual y colectiva de las personas. Por ello, no hace falta llevar a cabo un complicado ejercicio de imaginación para saber con certeza que si no se establece un cambio profundo en el sistema educativo, dentro de diez años los niños de Oaxaca, por citar un ejemplo, estarán en una situación similar a la que viven actualmente sus padres.

Paradójicamente, la CNTE es la férrea defensora de un estatus quo que sólo arroja ignorancia, indiferencia y desigualdades, porque para nadie son desconocidas sus prácticas totalitarias y excluyentes. No obstante, lo que resulta lamentable es el silencio de la sociedad en general, como ya lo he mencionado.

El silencio y la indiferencia sonlos aliados más poderoso de la CNTE, lo cual le ha permitido continuar con su conducta destructiva. Por eso, considero que es el momento de dejar de lado las consideraciones políticas para explicarles que es necesaria una crítica moral sobre el comportamiento gremial e individual de los maestros.

Estamos lejos de imaginar qué hacen los niños cuando no existen los maestros, no sabemos cómo organizan y piensan el mundo ante la falta de educación; lo que es un hecho es que la situación no puede seguir así.

Con la desaparición del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), el pasado 21 de julio, se ha dado un paso fundamental para acotar la influencia y control que tiene la CNTE en esa entidad; lo que debe ser una clara muestra de que este organismo ya no podrá seguir lastimando a la sociedad.

Las autoridades oaxaqueñas han dado el primer paso, por lo que ahora la ciudadanía debe dar uno más significativo, y ahí mi propuesta: Debemos crear un frente común que exija que los maestros enseñen y nos permitan tener un futuro prometedor para todos.

*DuniaLudlow se desempeña actualmente como Secretaria General del ICADEP, A.C., del PRI. Es Maestra en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, España.