Una vez que se extinga la fuerza laboral de los mexicanos y que tengan que hacer uso de su pensión, el futuro es desalentador: el 94% de estos, tendrá que seguir realizando actividades productivas, ya no digamos para poder vivir de una manera digna, sino simplemente para poder subsistir.

El panorama futuro para los trabajadores mexicanos en edad de jubilación es más que desalentador, pues la mayor parte de estos no cuenta con un fondo para el retiro, toda vez que alrededor del 60% de los mismos trabaja en un sector informal en el cual son privados de sus derechos a vivir una vida digna después del retiro; además, entre quienes perciben sus prestaciones de ley y cotizan ante una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore), su tasa de reemplazo -la pensión que será efectivamente recibida en función de su sueldo- dicta que solamente una minúscula parte de ellos, tendrá un ingreso suficiente para poder costear su línea de bienestar, es decir, de gastos alimentarios y no alimentarios mínimos de manera individual.

Pero evaluemos el destino del retiro de los mexicanos según su condición de ocupación actual para describir por qué la mayor parte de ellos, vivirá por debajo de la línea de bienestar e incluso, por debajo de la línea de bienestar mínimo –según las definiciones mostradas por Coneval-.

 

LOS EMPLEADOS INVISIBLES PARA LA LEY, TRABAJADORES INDEPENDIENTES

Los trabajadores independientes son aquellos que a pesar de prestar su fuerza laboral de manera subordinada hacia una entidad que bien puede ser identificada como su patrón, no poseen relación contractual alguna que les vincule con las mismas y por tanto, carecen de todo derecho que pudiera generarse sobe dicha colaboración.

Cabe señalar que de los mencionados, ninguno contará con algún tipo de pensión que no sea un apoyo gubernamental existente en el futuro y promovido por las autoridades. En este segmento ocupacional se encuentran cerca de 13.7 millones de trabajadores bajo diversos regímenes, muchos de ellos contemplados de manera reciente por la Reforma Laboral promovida por el exmandatario Felipe Calderón Hinojosa.

 LOS DE MEJORES INGRESOS, EMPLEADORES

El sector que mejores ingresos percibe dentro de la economía es el de los empleadores, aunque ello no significa que precisamente vivan una bonanza, pues alrededor del 84% de los mismos obtiene ingresos que van desde la nula remuneración, hasta los 4 veces el salario mínimo (vsm).

Sin embargo, en su caso, el 37% de los empleadores puede subsistir por encima de la línea de bienestar luego del retiro si se proyectan los datos a partir de hoy, toda vez que dichas percepciones superan los referidos costos de vida.

LOS QUE NO TENÍAN OTRA OPCIÓN, TRABAJADORES POR CUENTA PROPIA

Los trabajadores por cuenta propia se autoemplean para poder subsistir. Si bien perciben distintos tipos de ingreso, el mismo no es suficiente para estar considerados en la categoría de empleadores, pues el sustento que obtienen no les permite contratar fuerza laboral adicional a la suya.

Cuando llegue la etapa de su retiro, al igual que los descritos anteriormente, carecerán de seguridad social que les ayude a poder llevar una vida digna, toda vez que no gozarán de una pensión laboral.

LOS QUE TENDRÁN PENSIONES INSUFICIENTES, LOS TRABAJADORES SUBORDINADOS

La estimación monetaria de costear la línea de bienestar, al día de hoy (Sep/16) asciende a 2 mil 695 pesos de acuerdo con Coneval. Esto quiere decir que, con una tasa de reemplazo cercana al 31% -la segunda más baja medida por países seleccionados por la OCDE-, aquellas personas que hoy gozan un sueldo superior a los 4 vsm, serían capaces de, al menos, cubrir sus necesidades básicas al día con su pensión.

Sin embargo, mientras para poder costear la línea de bienestar ésta sigue en aumento, las proyecciones sobre la misma tasa de reemplazo disminuyen a futuro, ubicándose incluso por debajo de los 25 puntos porcentuales, lo que significa que incluso, aquellos que perciban una cantidad igual o inferior a los 5 salarios mínimos, serán incapaces de llevar una vida digna si solamente dependen de los frutos de su pensión, teniéndose que avocar a actividades productivas complementarias para sanear el diferencial, recordando que tan sólo el 6% de los trabajadores subordinados, goza de sueldos igual o superiores a los 5 vsm.

Para sanear la brecha que impedirá gozar de una vida digna con lo mínimo necesario para la subsistencia, el organismo regulador de las Afore en México, a saber la Consar, sugiere las aportaciones voluntarias para gozar de una mejor pensión. Sin embargo, su sugerencia es ridícula si se tiene por entendido que alrededor de 6 por cada 10 trabajadores totales, percibe ingresos inferiores a los 2 vsm –insuficiente para la subsistencia y por ende, para ahorrar-, aunado a que las Afore, están lejos de cumplir los rendimientos que prometen, toda vez que aunque los mismos son paupérrimos, quieren generar una impresión similar a afirmar que México cuenta con el mejor instrumento financiero para el retiro del mundo –como si el magnate Carlos Slim se equivocara al invertir en otra cosa que no sean Afore- cuando son precisamente los comparativos internacionales los que desnudan su verdadero actuar.

Los que se encuentran en la incertidumbre, los trabajadores gubernamentales

En la actualidad son contabilizados 2.2 millones de trabajadores subordinados que laboran en organismos gubernamentales y/o internacionales. Si bien en su caso existe seguridad de que las pensiones percibidas, al día de hoy, observarían una mayor tasa de reemplazo que las de sus similares en la iniciativa privada, lo cierto es que se certeza sobre la misma es efímera.

Y es que las cuentas gubernamentales, de donde saldría el fondeo de su pensión, se ven amenazadas por un endeudamiento excesivo que no sólo pone en peligro su propia pensión, sino la de los trabajadores mexicanos en general, toda vez que ante un eventual colapso de las finanzas gubernamentales mexicanas, se verían en la necesidad de presentar impagos, viéndose afectados. En ese sentido no debe minimizarse el hecho de que más de la mitad de los recursos de las Afore (54%) se encuentran invertidos en bonos gubernamentales.